El emprendimiento más reciente de la obra de Cajade festeja sus 11 años. La Pulseada habló con los chicos y las chicas sobre sus actividades antes de la pandemia, sobre lo que extrañan y sobre lo que pudieron seguir haciendo pese a la cuarentena.
por Martina Dominella
Decir que Casa Joven B.A. es un centro de día para adolescentes de Barrio Aeropuerto es una definición que queda chica. Ubicada en 97 entre 6 y 7, la casita es un taller de vitrofusión, un productivo textil, un espacio de asamblea y debate, la redacción de una revista, una merienda compartida, una ronda de chicas, la sala de ensayo de una banda de cumbia o de rock, un lugar para jugar y festejar cumpleaños, un aula de FiNEs, un patio para tirarse al sol, una sala de cine, el camarín de una murga, el punto de partida de muchos paseos. Tantas posibilidades como sueños y proyectos surjan de pibas, pibes, educadoras y educadores.
Casa Joven (CJ) es la casa más reciente de la Obra del Padre Carlos Cajade. Fue fundada el 25 de octubre de 2009 siguiendo su idea de generar en el barrio una propuesta para los chicos y las chicas que ya eran grandes para la Casa de los Bebés y la Casa de los Niños.
Omar Prestes, que se presenta como “uno de los fundadores de Casa Joven, uno los primeros que estoy junto con mi hermana Yésica; fui fundador como joven, chico y adulto”, hace memoria hasta 11 años atrás y cuenta: “Arrancamos haciendo una reunión en Casa de los Niños (…) Éramos 10 personas, nunca pensamos que se iba a pasar de eso a mucho más, nunca pensamos que se iba a llenar de tanta gente. Gracias a Dios que abrimos ese lugar. Arrancamos con pocas actividades, haciendo cumpleaños, haciendo murga con la profesora Mariana Chaves… Fui alumno de ella y todavía soy y sigo aprendiendo. Arrancamos haciendo chocolatada y haciendo (el suplemento de La Pulseada) Baruyo. Empezaron a venir educadores nuevos, salíamos a recorrer el barrio a ver en qué situación estaba”. Y agrega entre risas “si les empiezo a contar termino mañana, ¡eso es todo por hoy!”.
Una pandemia y nuevas maneras de encontrarse
La pandemia obligó a suspender las tardes de piberío en la casa, pero algunas de las actividades siguieron, adaptadas al nuevo contexto. Sin duda, una de las dificultades para seguir con las propuestas educativas y recreativas es la falta de conectividad en el barrio.
En estos meses, desde el taller de comunicación hicieron una entrevista colectiva al artista Lucas Luxor y a integrantes de CJ. Con el taller de música
continuaron, en parte, con ensayos virtuales, que se complicaron porque hace algunos meses sufrieron el robo de instrumentos. El productivo textil Manos a la obra confeccionó y comercializó barbijos y muñecos para el Día de los niños y las niñas. También se continúa el diálogo permanente y la entrega de mercadería con las familias.
Mensajito va, mensajito viene, La Pulseada habló con los chicos y las chicas de CJ para preguntarles qué hacían en la casita antes de la pandemia, qué es lo que más extrañan y si en este tiempo estuvieron participando en alguna de las propuestas. Esto contaron:
Johana, 20 años: “A Casa Joven, antes de la pandemia, iba –o las chicas venían a casa– para que me ayuden con el tema de la facu. Ahora en la pandemia también me ayudan con el tema del apoyo escolar para la facu”.
Jered, 16 años: “participaba de CJ martes, miércoles y viernes del Taller Textil, de Jóvenes y memoria y el espacio de Madres y Pibas, los cuales me gustaban mucho porque aprendía cosas nuevas siempre. Lo que no me gusta es no poder participar de los talleres como comúnmente lo hacía y no poder pasar tiempo con mis amigues y mis compas de Casa Joven. (En cuarentena) estuve participando de los talleres de comunicación y de Jóvenes y Memoria. Hicimos una entrevista a Luxor y hablamos con los compas de Casa Joven que están haciendo los repartos preguntándoles cómo están pasando su cuarentena”.
Emily, 11 años: “Extraño ir a Casa Joven, muchas felicidades por este aniversario”
Leticia: “Soy mamá de 3 niños. Conocí la casita en un momento complicado en mi vida y agradezco mucho su ayuda y todos los chicos y chicas profes mil veces gracias y muchas felicidades”.
Demaris, 13 años: “En CJ dibujaba y tocaba guitarra, sigo practicando guitarra con el profesor por videollamada y agradezco por eso”
Ludmila, 13 años: “En Casa Joven a veces pintaba o armaba espejitos o ayudaba a Mai (…) No estuve participando de ningún taller porque no sabía cuál hacer”
Diego, 18 años: “Participaba del taller de música con mis amigos de Alta Banda. En estos meses no estuve participando de las actividades pero me hubiese gustado”.
Karen, 18 años: “Antes de la pandemia iba casi siempre a Casa Joven, participaba de todos los talleres pero últimamente me había enfocado en ir más los jueves porque me gustaba más, hacíamos la merienda, preparábamos la mercadería para las familias, estaba el taller de vidrio, los chicos pintaban y hacía un montón de cosas. Esta pandemia lamentablemente nos jugó una mala pasada. Aunque no estemos yendo, los educadores nos llevan los útiles escolares y mercadería y tratan de comunicarse con nosotros preguntando si estamos bien, así que muy agradecida. Espero que en todos los barrios haya una Casa Joven, como en el nuestro”.
Agradecimiento especial de La Pulseada a Cande y Mai para la producción de esta nota.