El cierre de los bachilleratos de adultos

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Nota principal El plan oficial para “optimizar” la educación: cerrar escuelas públicas

La Provincia propone implementar la modalidad semipresencial para adultos y “aulas de aceleración” para adolescentes, donde cursarán tres años en uno.

Una marcha en el centro de La Plata por los bachilleratos (Foto: Juan Sebastián Pérez)

Por Vanesa Carbajal

Bajo la resolución 1657 se está llevando a cabo una reforma en los bachilleratos de adultos que impacta en el cierre del 1° año en 441 instituciones de la provincia de Buenos Aires. Son afectados más de 6 mil estudiantes y cerca de 2 mil docentes, según los datos que se manejan desde la lista SUTEBA multicolor. En la región 1, que abarca La Plata, Berisso, Ensenada, San Vicente, Brandsen, Magdalena y Punta Indio, hay 33 bachilleratos que cerraron, impactando en casi 400 docentes.

Esta reforma contempla dos situaciones: por un lado los adultos mayores de 18 años se inscribirán en la jefatura distrital a modo de boca única; después, según la cantidad de inscriptos, se les ofrecerán programas de terminalidad de secundaria. Y por otro lado, los bachilleratos se convertirían en bachilleratos juveniles, que abarcarán alumnos de entre 15 y 17 años.

Desde el Gobierno dicen que buscan promover otra oferta educativa a toda persona mayor de 18 años: que tenga un formato flexible, que responda a la necesidad de los adultos. Esos nuevos formatos estarían basados en la virtualidad y semipresencialidad. Pero no hay nada concreto. Se habla del programa de Finalización de estudios (Fines II) y los Centros de Enseñanza de Educación Secundaria (CENS), pero esta nueva oferta educativa no puede considerarse de calidad pedagógica, ya que implica menos tiempo y contenidos.

Estos nuevos bachilleratos juveniles ofrecerán además a los jóvenes que aun deban el ciclo básico aulas de aceleración, en donde se pretenderá que cursen primero, segundo y tercero en un año, para que después puedan reinsertarse en un cuarto año de la modalidad secundaria obligatoria, que en la mayoría de los casos mantendría el horario del bachillerato de adulto habitual. Lo llaman proyecto de reinserción, de modo que los jóvenes no saldrían del circuito obligatorio.

Pero a los bachilleratos esta información llegó de repente. En principio, para los estudiantes, todo se supo el mismo día de inicio de clases, ya que una semana antes habían llegado los comunicados a las escuelas, pero ya no había tiempo de avisar. Hubo que esperar el comienzo de clases para entender lo que realmente estaba pasando. La directora del bachillerato de Verónica pensó en una joven que al recibir la noticia de que no habría primer año se sorprendió y, angustiada, le contó que hacía mucho quería estudiar, y que este era el primer año que había podido organizarse con su hija.

Por otro lado, la propuesta del programa Fines tiene un gran rechazo, porque que no es una escuela y no genera estabilidad educativa, ni laboral, al igual que los CENS, que fueron creados por el Ministerio de Educación de la Nación, bajando a cada provincia por la rama de adultos. Las dos ofertas son similares en cuanto al achicamiento de contenidos y precarización de los puestos de trabajo, ya que para ningún lado generan estabilidad. Los CENS vienen de larga trayectoria y se han ido acomodando de acuerdo a los gobiernos de turno. Tampoco hay nada concreto sobre qué pasará con la planta funcional de docentes de los bachilleratos. Los provisionales cesarían, aunque llegó a las escuelas una comunicación de Dirección General que indica que se reubicaría a los provisionales por un año, mientras que los titulares pasarán a disposición.

Desde el colectivo de trabajadores y trabajadoras de la Educación, Fernando Menéndez, docente de Bachilleratos en La Plata y Berisso, plantea la continuidad a la baja en la calidad educativa y recuerda que el cambio que sufrieron los Bachilleratos cuando abrió el programa Fines II. “Comenzó a haber adolescentes porque los adultos se fueron a Fines, nunca más se volvió a tener una matrícula alta de adultos. Entonces cuando se observa lo que pasaba, bachilleratos juveniles y aulas de aceleración, a este gobierno le calza justo. En todas las situaciones se deteriora la calidad educativa. Cuando el gobierno se refiere a ofertas semipresenciales, es el Fines y los CENS, y eso es una oferta devaluada”, considera.

Los testimonios son muchos, cada realidad, en cada barrio, pueblo o ciudad será atravesada de manera diferente, pero en el fondo es lo mismo, desde cada lugar se transmite angustia, pero a la vez los logros de la comunidad educativa organizada hacen reveer las decisiones gubernamentales.

Ivana Ordoz es docente de la escuela N° 50 del barrio “El Mercadito” de La Plata. “En la comunidad, la escuela es un complejo que tiene secundaria a la mañana y a la tarde, y a la noche funciona el bachillerato de adultos, ese bachillerato tiene 6 años, y se abrió con mucho trabajo. El barrio, carenciado y con muchos problemas de inseguridad y drogadicción, lo tomó como suyo y hay un profundo respeto, se han apropiado de ese espacio. La comunidad no entiende por qué le cierran la escuela”, explica.

Y agrega: “Estamos como en una nube, se han hecho abrazos, volanteadas, también la entrega de petitorio en la torre de 12 y 51, pidiendo que puedan arrancar las clases. Para un adulto que sale de trabajar a las 17, y que de ahí va a la escuela porque necesita el título, ya sea para trabajar o para tener la obra social, para las cooperativas de trabajo, para los planes o porque quieren terminar el secundario porque tienen una asignatura pendiente, esta situación lo deja sin acceso a la educación. Hoy el micro está ocho pesos con cincuenta, se están cerrando escuelas de Gorina, Abasto…. Y no se entiende en el marco de qué se está haciendo esto”.

Desde la secundaria N° 38 de Abasto, Esteban Casas, profesor de geografía, titula la situación que se está viviendo como “el tripe golpe de la derecha”: “Golpe a los educandos más vulnerables, niños sin jardín y adultos de generación, ni estudian ni trabajan; golpe al rol socio comunitario de la institución escuela, la vacía o le recorta su función social; y golpe al futuro de los adultos, porque les complica las posibilidades de acceder al título secundario, requisito excluyente para acceder a un empleo digno. Desde los mapeos que mandó a hacer Dirección General de Escuelas, marcan que el bachillerato más cercano a Abasto está en Romero, a 4,5 km, Olmos a 5 km y Echeverry a 8 km. Al centro de La Plata 18km, cosa que es inviable”.

A fines de la semana que tendrían que haber comenzado las clases, llegó un comunicado a las escuelas de los bachilleratos, permitiendo, desde la Dirección de Escuelas, la reinscripción y relevamiento de alumnos, hasta el 23 de marzo. Al cierre de esta edición no había orden de reapertura, y los testimonios daban cuenta de que esta situación va impactando negativamente porque va generando desconfianza, los inscriptos van perdiendo el entusiasmo y muchos creen que no es serio lo que se plantea desde la Provincia. Pero también entienden que esto no termina acá, sino que habrá que estar preparado para seguir en la defensa de una educación pública y de calidad.

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