El arzobispo Víctor Manuel Fernández eligió este domingo 24 de marzo para respaldar a un cura denunciado al que confirmó como párroco en Gonnet. Eduardo Lorenzo, párroco en Gonnet y capellán del Servicio Penitenciario bonaerense, fue denunciado por pederasta en 2007. Ayer Lorenzo reasumió al frente del mismo templo donde conoció a su víctima, cuyo testimonio publicamos en la edición impresa de La Pulseada de marzo. El titular de la diócesis platense presidió la ceremonia en la que no hubo menciones a las acusaciones contra el sacerdote ni al aniversario del golpe del ’76.
Por Carlos Gassman
Fotos Gabriela Hernández
Este domingo 24 de marzo, a partir de las 20, en la iglesia Inmaculada Madre de Dios de Gonnet, se llevó a cabo la ceremonia encabezada por el Arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández, en la que Eduardo Lorenzo “renovó su compromiso” como párroco del lugar. La celebración se produjo en momentos en los que la figura de este sacerdote es cada vez más cuestionada al volver a ventilarse públicamente las acusaciones de abuso de menores que pesan sobre él.
Un cronista y una reportera gráfica de “La Pulseada” estuvieron presentes ayer en el lugar y constataron que ni el arzobispo ni el prelado confirmado en su cargo hicieron referencia alguna al motivo por el cual Lorenzo continuará en Gonnet pese a las intenciones de Fernández de que se mudase a Tolosa.
La importancia atribuida al acto, que consistió en una misa concelebrada por Fernández y Lorenzo en la que se insertó la ratificación de la continuidad del segundo como responsable del templo de 502 entre 15 y 16, quedó en evidencia por el hecho de que otros seis curas ocuparon también el espacio del altar. El fuerte apoyo a Lorenzo por parte del conjunto de las autoridades de la diócesis ya había sido puesto de manifiesto días atrás, cuando lo visitaron para expresárselo los dos obispos auxiliares, Alberto Bochatey y Nicolás Baisi.
Durante el transcurso de la ceremonia, lo más notorio no fue lo expresado sino lo no dicho. Los silencios fueron en esta ocasión mucho más elocuentes que las palabras. También llamó la atención que un miembro tan destacado de la jerarquía eclesiástica nacional como Fernández, considerado el integrante del Episcopado argentino más próximo al papa Francisco, no efectuara tampoco ninguna alusión a lo que todo el país entero conmemoró este domingo.
Es sabido que una parte importante de la cúpula eclesiástica fue cómplice del terrorismo de Estado desatado en aquellos tiempos. Pero también que otra parte pasó a engrosar la lista de decenas de miles de víctimas, como se podría ejemplificar, para citar solo dos casos, con los asesinatos de los obispos Angelelli y Ponce de León. Un miembro tan relevante de la Iglesia, que es experta en símbolos, no puede ignorar que el 24 de marzo es una fecha asociada desde hace 43 años para los argentinos con la más sangrienta dictadura militar. Multitudes lo recordaron ayer marchando una vez más por las calles de las principales ciudades de la república.
Fue precisamente el papa Francisco quien proclamó “mártir” (calificación que les cabe a quienes dieron la vida en defensa de su fe) a Angelelli y ordenó iniciar los trámites que se espera que culminen con su canonización. No obstante, no hubo referencias al ’76 ni por parte del arzobispo al que apodan “Tucho”, ni por el lado de Lorenzo, quien en tanto capellán general del Servicio Penitenciario bonaerense ha actuado como confesor de colegas presos como Grassi, condenado por pederasta, y Von Wernich, único sacerdote que hasta hoy tiene sentencia firme por crímenes de lesa humanidad cometidos durante el Proceso militar.
La denuncia
Volviendo a las acusaciones dirigidas a Lorenzo, cabe recordar que en 2007 fue objeto de una denuncia penal por vejaciones a un adolescente que formaba parte del grupo misionero de la iglesia Inmaculada Madre de Dios. Pese a que en aquel momento otro testigo declaró que 15 años atrás, siendo menor, también había sido abusado por Lorenzo en los campamentos que entonces organizaba en Olmos, la fiscal Ana Medina archivó la causa por falta de méritos en cuatro meses. Frente a la consulta de La Pulseada por ese expediente, este año la funcionaria afirmó que al archivar la causa dejó abierta la posibilidad de su reapertura.
A fin del año pasado, como parte de otras rotaciones de clérigos, el arzobispo decidió transferir a Lorenzo desde Gonnet, donde ya lleva 12 años, a Tolosa, para ponerlo al frente de la iglesia lindera al Colegio Nuestra Señora del Carmen (115 entre 530 y 531). La rápida reacción de los padres y madres de los inscriptos en esa escuela, que se movilizaron, juntaron firmas y difundieron el tema a través de los medios de comunicación, impidieron que el traslado se concretara.
Hace aproximadamente un mes, el joven que llevó a Lorenzo ante la justicia decidió hablar por primera vez ante la prensa. Su desgarrador testimonio fue publicado por dos medios digitales y por la revista “La Pulseada” en su edición del mes en curso
El 1° de febrero último, a pocas horas de que se concretara una concentración convocada frente al establecimiento educativo para repudiar el nombramiento, los progenitores de los estudiantes fueron citados para darles a conocer la renuncia de Lorenzo a su nuevo destino y su aceptación por parte de Fernández. Las notas respectivas cruzadas entre ambos coincidían en negarle fundamento a los reclamos y aludían a una campaña contra la Iglesia montada sobre la base de calumnias, difamaciones e injurias. Además confundían deliberadamente el archivo de una causa por falta de elementos con una declaración expresa de inocencia por parte del Poder Judicial.
Hace aproximadamente un mes, el joven que llevó a Lorenzo ante la justicia decidió hablar por primera vez ante la prensa. Su desgarrador testimonio fue publicado por dos medios digitales y por la revista “La Pulseada” en su edición del mes en curso (N° 167). En declaraciones a nuestra publicación, la fiscal Medina dijo que por no haberse dictado sobreseimiento sino dispuesto el archivo de la causa, la misma estaba en condiciones de ser reabierta en cualquier momento: “son casos muy complejos en los que los chicos muchas veces no pueden expresar todo lo que les pasó, por eso nos preocupa dejar abierta la posibilitad de una reapertura, porque ocurre que sí pueden hacerlo cuando son adultos”, señaló la responsable de la UFI N° 1.
Es así como en las últimas semanas los representantes legales de Lorenzo, que pertenecen al mismo estudio jurídico que patrocina al ex gobernador Scioli, solicitaron que se disponga el cierre definitivo del proceso declarando inocente al acusado, mientras que el abogado Juan Pablo Gallego, de recordada actuación en el caso Grassi, contratado por los padrinos de la víctima, pidió por el contrario el desarchivo y la reactivación de la causa, en busca de que sumando nuevos elementos se logre el encarcelamiento y la indagatoria del sacerdote.
Mientras tanto, los padres y madres de los chicos que asisten al Colegio Vaticano II, que depende de la Parroquia de Gonnet, también han comenzado a juntar firmas para solicitar que Lorenzo deje de tener contacto con sus hijos. Trascendió que el sacerdote les hizo saber a los progenitores que, si ése era su deseo, él evitaría en el futuro relacionarse con los estudiantes. Quizás por eso, al dar lectura ayer a los objetivos que Lorenzo se ha fijado para esta “nueva etapa”, Fernández sólo mencionó tareas pastorales con los directivos y los docentes de la escuela, sin mencionar a los alumnos.
Por otro lado, medios de comunicación nacionales han dado muestras de su intención de ocuparse en breve del caso, con lo cual el asunto adquiriría resonancias todavía mayores y la situación del denunciado tendería a agravarse.
Una de las conclusiones de la cumbre convocada por el papa Francisco en El Vaticano a fines de febrero pasado con representantes de los episcopados de todo el mundo para tratar el tema de los sacerdotes pederastas fue que era indispensable que la Iglesia escuchara a las víctimas. De nada de eso parece haberse enterado un discípulo dilecto del ex cardenal Bergoglio, como Fernández, quien, como hacía su predecesor Aguer, continúa negándose a conceder audiencias tanto a los familiares de afectados como a los abusados que se las solicitan.
Al contrario, con actitudes decepcionantes como las de ayer, el arzobispo demuestra que, en línea con la desgraciada tradición de encubrimiento o de directa complicidad con los clérigos pedófilos instalada desde hace décadas en la institución religiosa que integra, sigue mucho más preocupado por preservar la resquebrajada imagen de la Iglesia Católica que por ponerse al servicio de las víctimas para intentar reparar en la medida de lo posible el gravísimo daño que se les ha causado./ LP
PRÓXIMAMENTE En la web de La Pulseada el informe de tapa de marzo con el testimonio de quien se animó a llevar a Lorenzo ante la justicia.