(Comunicado de la Obra del Padre Cajade)
Desde la Obra del Padre Cajade expresamos nuestro más profundo rechazo al repugnante y criminal tratamiento que hizo el programa de Jorge Lanata con la entrevista a “el Polaquito”, un nene de 11 años de Lanús.
Organizaciones como las nuestras, que trabajan con cientos de chicos en barrios castigados por políticas históricas de exclusión como las que lleva adelante hoy el Gobierno de Mauricio Macri, nos cansamos de advertir que muchos de nuestros pibes y pibas se encuentran por primera vez con el Estado a través de su cara represiva. Con familias desarmadas por la pobreza y la exclusión, sin figuras paternas, con madres solas y desocupadas, hospitales abarrotados y colegios que los expulsan, los niños como “el Polaquito” empiezan a ser atendidos cuando “molestan” a una parte de la sociedad que sólo pide encerrarlos.
La misma perversión hacen los grandes medios de comunicación cuando los ponen en pantalla únicamente para criminalizarlos, demonizarlos, culparlos, condenarlos, escupirlos y hasta lincharlos. Abandonados e invisibilizados desde su nacimiento, las cámaras recién llegan para mostrarlos como peligrosos.
Hace algunos años, un pibe que se crió en nuestro Hogar después de nacer en un contexto de violencia familiar, criticó a los canales de televisión y los diarios que se acuerdan de los pibes recién cuando cometen algún delito. “Nadie se acordó cuando ese pibe se cagaba de frío durmiendo refugiado en algún cajero automático o en una plaza, arriba de un colchón meado”, se enojaba.
A ese pibe, hoy adulto, lo conocemos desde siempre como “El Polaco”… Casualidades del destino, pero fue él, con ese mismo apodo, quien nos dio uno de los mejores ejemplos de la pedagogía de la ternura, clave para responder hoy al veneno que desparramó el reciente informe periodístico de Canal 13. Nuestro Polaco, salido del Hogar y convertido en militante por los derechos de niñas, niños y adolescentes en situación de calle, nos contó alguna vez el día que se le “puso bravo” cuando un pibe con problemas de consumo, lo amenazó con un cuchillo debajo de un árbol en Plaza Italia. Temblando de miedo, se acordó de Carlos Cajade y aquello de que “el insumo básico” de los chicos “tiene que ser la ternura”. El Polaco lo abrazó fuerte, hasta que el pibe “bajó la guardia” y soltó el cuchillo. Después comenzó a hacer bromas y, al menos por un rato, recuperó su niñez robada.
Al odio y la violencia mediática, respondamos con la herramienta más importante que nos dejó Cajade: abrazos.
La niñez robada es la primera inseguridad.
Con ternura vencimos y con ternura venceremos.
No a la baja de la edad de punibilidad.
Para las pibas y los pibes, políticas para la vida. Las respuestas punitivas ya demostraron su fracaso.