Rachid Bouchareb
Francia – Inglaterra – Argelia (2009)
87 minutos
En julio de 2005 el subte de Londres sufrió un atentado con bombas. Este filme imagina a dos seres angustiados que buscan a sus hijos temiendo que hayan sido víctimas –o hasta quizás victimarios- de ese acontecimiento terrible. Cierta crítica ha reprochado al franco-argelino Rachid Bouchareb, director y coguionista, no haber aprovechado para profundizar sobre el fenómeno del terrorismo o los conflictos políticos. Sin embargo, hay que celebrar que, antes de caer en uno de los tantos planteos obvios y políticamente correctos de cierto cine, el realizador haya elegido centrarse en el drama humano que rodea estos sucesos. Elisabeth y Ousmane son dos personas comunes no exentas de prejuicios. Ella, campesina y viuda de un marino muerto en la Guerra de las Malvinas, quiere encontrar a su hija Jane. Ousmane, musulmán de origen africano pero emigrado hace años a Francia, intenta ubicar a su hijo Alí. Elisabeth siente rechazo por ese hombre negro, alto y de largas trenzas. Cuenta espantada por teléfono a sus familiares que “esto está lleno de árabes”. En principio sólo está dispuesta a considerar a esos bárbaros extranjeros como responsables de una eventual desgracia sufrida por su Jane. Por eso se niega a estrechar la mano de Ousmane y apenas atina a denunciarlo a la policía después de su primer encuentro. Poco a poco irá sin embargo construyéndose un vínculo entre los dos, de un modo que el filme acierta al narrar con sutileza y en sordina. “Al final no somos tan diferentes”, concluirá ella cuando por fin ya se sienta hermanada en el dolor con él. Recomendable por evitar toda grandilocuencia, London River cuenta además con dos intérpretes excepcionales: Brenda Blethyn, conocida entre nosotros por grandes trabajos anteriores, como su actuación en Secretos y mentiras de Mike Leigh, y Sotigui Kouyaté, oriundo de Malí y fallecido a poco de finalizado el rodaje.
Carlos Gassmann