La guerra por otros medios
Cristian Jure y Emilio Cartoy Díaz
79 minutos
La película abre con un homenaje “a Rodolfo Walsh, a Hugo del Carril y a Tato Bores” que predispone bien. Tras ese preámbulo, La guerra por otros medios se zambulle en cuatro experiencias de comunicación comunitaria de nuestra región: la de la red de medios aymara boliviana ERBOL, la de una radio mapuche de la Patagonia, y dos experiencias en aldeas brasileñas: la incorporación de internet y un proyecto de cine indígena. Los denominadores comunes de estas experiencias, además del contexto en el que fueron observadas por los realizadores, son su raigambre sudamericana, su pertenencia a pueblos originarios y sus resistencias. Están zanjadas por la lucha por la identidad, por la propiedad de la tierra y por el uso de la tecnología para comunicar. E insertas en una guerra cultural por velocidad en la emisión de mensajes propios. En definitiva, por la visibilidad.
“Siempre vienen antropólogos blancos a filmarnos, pero después nunca vienen a mostrar lo que hicieron con ese material”, dicen desde la comunidad brasileña que se embarcó en un proyecto de cine para contar lo propio con medios, imágenes y conceptos propios. “Hoy, con una máquina podemos detectar a los usurpadores que invaden nuestro territorio”, dice otro protagonista, “e internet tiene que ser nuestro aliado”. El documental tiene fuerza y mística, da la sensación de que se puede, y está condimentado con el recorrido hacia la “ley de medios” argentina. Según los realizadores, esa coyuntura los encontró en una etapa ya avanzada de su proyecto audiovisual, pero decidieron incluirla porque es una batalla que celebran y viene a acompañar la guerra por medios diferentes.
Josefina López Mac Kenzie