Hace una década el movimiento trans y travesti lograba un hito: su derecho a recibir un trato digno y acorde a su identidad autopercibida era ley: la N°26.743. Entre las cuestiones principales se destaca la garantía de poder obtener documentación en función de su identidad. En la práctica son las trayectorias de esta comunidad las que abren camino, esas historias son parte de las páginas de La Pulseada. Repasamos nuestro archivo.
Un 9 de mayo de 2012 el Senado de la Nación sancionaba la Ley N°26.743 de Identidad de Género, una medida pionera en América Latina que contempló el derecho de las personas trans a ser inscriptas en su DNI de acuerdo a su identidad autopercibida, contempla el acceso a tratamientos hormonales, y busca defender la identidad de género contra todo tipo de discriminación.
Fue un paso gigante en la lucha por el acceso a derechos de la comunidad trans y travesti, aunque aún falta mucho para que la letra se haga carne en las prácticas concretas. A 10 años de su sanción desde La Pulseada rescatamos experiencias e historias de vida de nuestro archivo que dan cuenta de las luchas que protagonizan quienes impulsan estos cambios por una sociedad más igualitaria: Quimey Ramos y Kristina Eva abriendo caminos y cabezas en las aulas y escuelas; y la experiencia de un espacio aúlico para personas trans y travestis en el Centro Cultural Olga Vázquez.