Por Javier Sahade / La Pulseada en Caracas
Canta un gallo rojo a las 6:15 de la mañana, en el centro de Caracas. Y nos despierta. No es el Gallo Rojo que cantan Los Olimareños, son jóvenes de la Guardia Nacional Bolivariana que pasan marchando, a paso firme, haciendo sus ejercicios matutinos. Un grupo grita “Chavez Vive” y otro responde “La Lucha Sigue”… En la capital venezolana, todavía no comenzó la época de lluvias y la sequía provoca incendios frecuentes de pastizales en la base de los cerros, parques y hasta en los costados de las avenidas.
Faltan 15 minutos para las 8 de la mañana en Buenos Aires. La distancia duele, molesta, incomoda; pero más duele haber sufrido la peor tragedia de la historia de La Plata. Muertos, desaparecidos, familiares, amigos, compañeros, conocidos que lo perdieron todo.
“El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, a nombre del Pueblo y el Gobierno Bolivariano, extiende sus más sinceras palabras de condolencia al hermano pueblo de la República Argentina, por la dolorosa pérdida de vidas humanas causadas por las intensas lluvias e inundaciones”, dice un comunicado de la Cancillería venezolana, ofreciendo “su apoyo y colaboración para el restablecimiento de la normalidad en las localidades afectadas”. El texto finaliza diciendo que “este difícil momento enluta a toda la Patria Grande latinoamericana.”
A unos 30 minutos del centro caraqueño, sale uno de los primeros transportes de la mañana desde Ciudad Caribia. Los niños van a la escuela y los adultos a trabajar. Ciudad Caribia es una Comuna ubicada en las afueras de Caracas y fue construida para los damnificados por las inundaciones de 2010. El Gobierno Bolivariano le dio a más de 1600 familias una casa equipada con todos los servicios y hasta heladera. La Comuna es un ordenado complejo de edificios que impacta por su planificación que incluye escuelas, servicios de salud, comercios, canchas de básquet, parques y transporte económico. Hay cientos de comunas en Venezuela que funcionan como “estructuras de autogobierno” y son esenciales en la creación de Poder Popular de la Revolución Bolivariana.
“Yo perdí todo con las inundaciones. El edificio donde yo vivía se derrumbó, pero Chávez me dio una casa ahí, en esa torre de departamentos”, dice un hombre que acaba de comprar una botella de gaseosa fría, para calmar el intenso calor.
Canta un gallo rojo, despertando Caracas. Nadie canta en La Plata. Tampoco en Buenos Aires y el Conurbano.