Una pericia nutricional detectó que los 38 internos del centro cerrado ubicado en La Plata reciben raciones de comida que pesan poco más de la mitad de lo que corresponde. Intiman a la empresa que presta el servicio a cumplir el contrato. No se respeta el tiempo que deben pasar en el patio y hay obstáculos para la realización de cursos y talleres.
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La alimentación de los adolescentes que están alojados en los centros cerrados de la Provincia de Buenos Aires se convirtió en una preocupación con fuerte impacto en la Justica, donde un defensor oficial presentó un recurso intimando al Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia para que efectivamente se provean las raciones adecuadas. La pericia realizada por una especialista en nutrición que sustenta el reclamo detectó que cada porción se vio reducida casi hasta la mitad.
El caso testigo por el cual se hizo el pedido es el Centro Cerrado Almafuerte, donde además hay irregularidades en el cumplimiento de la cantidad de horas que los jóvenes están en el patio, así como en la realización de talleres de formación laboral. Pero se trata de situaciones que se repiten en el resto de las instituciones.
El planteo fue realizado al Organismo de Niñez y Adolescencia, del cual dependen las instituciones que alojan a adolescentes y jóvenes que están conflicto con la ley, acusados de algún delito grave.
ALIMENTACIÓN DEFICIENTE
Respecto de la comida, tal vez el punto más grave de las irregularidades detectadas, el defensor oficial Ricardo Berenguer -titular de la Unidad Funcional de Defensa Nº 15- requirió se realice una pericia que una vez concluida terminó confirmando las deficiencias y motivando la exigencia para que las autoridades provinciales accionen lo necesario para subsanarlo.
Según indicó el propio defensor a La Pulseada, hubo una reacción “bastante rápida” del Organismo de Niñez y Adolescencia, desde donde intimaron a la concesionaria que provee los alimentos para que cumpla con el pedido vinculado a las raciones. “Pero desde entonces sigue habiendo quejas por parte de las direcciones de los Centros Cerrados, en particular del Almafuerte, por la calidad y cantidad de alimentos que no mejora”, narró el defensor.
A eso suma que -siempre según el Defensor- desde la Subsecretaria de Responsabilidad Penal Juvenil no se profundizó un control respecto de cumplimiento de la exigencia.
El informe que aportó los datos necesarios para que el defensor elevara el pedido a las autoridades bonaerense se realizó el 18 de mayo último y está firmado por la experta en nutrición Betiana Robiglio. De allí Berenguer extrae los datos para explicar la situación con una frase contundente: “Hay una grave disminución del gramaje de los alimentos suministrados en relación con la obligación asumida por la empresa contratista, que ronda el 50% de la ración, lo que redunda en un grave perjuicio en la dieta de los detenidos, poniendo en riesgo su salud”.
La revisión de las viandas se hizo el 18 de mayo último y ese día había 38 jóvenes de entre 16 y 20 años alojados
Pero también hay un déficit en la cantidad de viandas que llegan en relación al número de personas que deben ser alimentadas. En el centro cerrado ubicado en 520 y 183 de la localidad de Melchor Romero había en el momento de la pericia 38 jóvenes de entre 16 y 20 alojados y 31 trabajadores. Sin embargo, se recibían sólo 65 viandas completas para todos ellos, es decir cuatro menos que las 69 necesarias.
No menos importante es la calidad de la comida, la cual está pendiente de caracterización a partir del pedido de un análisis de bromatología aún pendiente.
El servicio brindado en el Centro Cerrado Almafuerte es tercerizado y lo brinda la firma “Cook Master SRL”. De acuerdo a las conclusiones elevadas por Robiglio, a las que tuvo acceso La Pulseada, el menú de 14 listas “es variado, pero no cubre los requerimientos diarios nutricionales por déficit de cantidad”.
Por eso sugiere aumentar el número de raciones a 70, incrementar el gramaje de las preparaciones e incorporar un microondas para lograr la temperatura adecuada en aquellas viandas que lo requieran, sobre todo en época invernal, ya que la comida no llega caliente.
En ese marco, de acuerdo al testimonio de los trabajadores que se tomaron durante la visita, los jóvenes internados manifiestan “disconformidad en la cantidad y en la temperatura de las preparaciones”.
El detalle con el que la especialista en nutrición llegó a las conclusiones que entregó al defensor oficial se basa en los siguientes elementos:
*El menú vigente está conformado por 14 listas con desayuno y merienda y plato principal y postre en el almuerzo y la cena, más una colación diaria.
*Si bien no hay un calendario mensual donde se especifique qué menú corresponde a cada día de la semana, pudo observarse que la empresa cumple con los horarios de prestación del servicio pautado: desayuno a las 8, almuerzo a las 12, colación a las 15, merienda a las 17 y cena a las 20.
*La cocina y sus instalaciones no se encuentra en condiciones óptimas para la elaboración del racionamiento cocido, por lo que la empresa realiza esa tarea en su planta de la localidad de Abasto.
*El menú del día presenta variaciones en la preparación de acuerdo a lo establecido en el régimen de 14 listas.
*La comida no tiene la temperatura adecuada y en el lugar no hay microondas para realizar el recalentamiento.
*El gramaje del menú analizado es inferior al correspondiente en las porciones tomadas al azar el día de la visita: la pieza de suprema de pollo pesaba 190 gramos pero debía tener un mínimo de 280 gramos según el contrato, mientras que la guarnición de papa hervida con verdeo pesaba 285 gramos y debía ser de 350.
*La construcción, los cerramientos y los locales para depósito de víveres y sus instalaciones “no reúne las condiciones necesarias que garanticen la seguridad e higiene indispensable para la manipulación higiénicas de alimentos”.
LAS SALIDAS Y LA FORMACIÓN
El pedido de Berenguer también apunta al diagrama de salidas al patio de la institución y la realización de talleres destinados a los jóvenes.
El defensor cuestionó que “con mucha demora” la dirección del centro cerrado remitió un informe que no resulta claro respecto primer punto. Asegura que en la respuesta oficial no se especifica si esas actividades se hacen en el patio o en la jaula conocida como “casino”. Ni se menciona cuáles son los días que corresponden esas actividades a cada pabellón.
En el pedido elevado hace algunas semanas, tampoco se responde con claridad si hay alguna traba para que se cumplan los talleres certificados que supuestamente fueron gestionados.
En las últimas horas -no obstante-, Berenguer informo a La Pulseada sobre el acceso al patio al aire libre que se estableció un cronograma diario que prevén salida día por medio de los internos en distintos horarios.
En tanto que sobre los talleres, después de la elevación del pedido desde el Organismo de Niñez y Adolescencia informaron que en el Almafuerte ya está funcionando un curso de formación profesional de instalador eléctrico domiciliario con certificación oficial.
“Más allá de que hay avances, una cuestión de base no termina de resolverse, y es el gran encierro al que son sometidos los pibes, particularmente en el Almafuerte”, explicó Berenguer. Y adelantó que en los próximos días corroborará que esos progresos informados por las autoridades efectivamente existan. Lo hará con una visita al lugar, en conjunto con el Comité contra la Tortura de la Comisión Provincial por la Memoria, que fue el que interpuso el primer habeas corpus para regularizar la situación.
