Dueños de derechos e intereses supremos, los chicos bonaerenses torcieron la voluntad del guardia de la puerta y entraron a los tribunales de la avenida 13 a pelear por sí mismos. Hablan los protagonistas de la medida judicial que se presentó ante la Justicia para que el Ejecutivo ampare a los pibes.
Por Javier Sahade
“Yo tengo 10 años y me llamo Luján”, dice una pibita de ojos marrones. “Yo tengo 11 y me llamo Oriana”, se suma su compañera, un poco más alta y con pelo más lacio. Las dos acaban de dejar en la recepción de los Tribunales bonaerenses las 200 hojas de una demanda judicial contra el Estado provincial. “Somos de Casa de los Niños de Avellaneda (de la Fundación Pelota de Trapo) —explican— y venimos a pelear por lo que está haciendo el gobierno. La Casa cerró, a veces (sic). Hay papás que tienen que trabajar y no pueden cuidar a sus hijos y necesitan a alguien que los cuide y Casa de los Niños es el mejor lugar”.
Acompañados por educadores de decenas de organizaciones que trabajan por la infancia, como la Obra de Cajade, Luján, Oriana, junto a otros chicos y chicas de hogares y centros de día presentaron una medida judicial para exigir que la Provincia cumpla con sus obligaciones dispuestas por el sistema de Promoción y Protección Integral de los Derechos de la Niñez. En ese marco, se reclamó el pago de las becas cuyo atraso ahoga a las organizaciones y hace peligrar el funcionamiento de instituciones como la que fundó esta revista.
En la medida cautelar presentada ayer al mediodía, que recayó en el juzgado en lo contencioso administrativo de La Plata Nº 3, a cargo del Dr. Francisco Terrier, también se pide una audiencia pública en la que participen el gobernador Daniel Scioli, los trabajadores de niñez y los propios pibes, para discutir políticas y presupuesto para el sector.
Los protagonistas
Como sujetos de derechos y actores de la demanda, con sus intereses supremos, convencieron al guardia, que no los quería dejar entrar, y pasaron la puerta de los tribunales de calle 13: “Es algo que tenemos que hacer porque Casa de los Niños lo necesita y vinimos para defender todas las casas de los niños. Vinimos acá porque hay chicos que están en la calle y no saben dónde estar”, cuentan Oriana y Luján.
“Yo soy Juan, de la Fundación Che Pibe de Villa Fiorito de Lomas de Zamora —dice un nene a La Pulseada—. En Che Pibe, si cierra, ya no tendríamos nada… Estaríamos en la calle.
—¿Qué vienen a pedirle al Gobierno?
—Que pague las becas para que podamos pagar la comida.
“No siempre los señores quieren adoptar a un chico de la calle —asegura Luján—. Entonces, sería un buen lugar la Casa de los Niños y disfrutar de las cosas que hay. La Casa de los Niños estuvo cerrada porque no le daban la plata para la comida, los juegos… Tuvieron que cerrarla. Los chicos tienen que estar ahí, para que no sufran, no tengan hambre, vivan en un lugar feliz y disfruten de todas las cosas que necesitan.”
—¿Y qué hacen ustedes en Casa de los Niños?
—Jugamos —responden juntas, Luján y Oriana y después se ríen cuando se dan cuenta de que hablaron en coro.
—A mí me gusta jugar a las princesas, con ella y con mis amigas —aclara Luján.
—A mí a la pelota —dice Oriana.
—A mí también, a la pelota —cuenta Juan.
Debajo de un cartel burocrático que pide “formar fila” y “no esperar sentado”, un grupo de chicos y chicas apoya un pesado pilón de hojas en un mostrador de madera. Lo hacen en nombre de las organizaciones que representan y para pelear por sus derechos, como alguna vez lo hicieron con una pechera que decía “el hambre es un crimen”.
“Estamos en estado de emergencia —explica por las redes sociales Claudia Auge, la coordinadora de nuestra Casa de los Niño Chispita—. No nos pagan las becas y peligra la continuidad de las casitas de día la Obra del Padre Carlos Cajade. Hablamos con los nenes y cantaron más que nunca pidiendo NO al cierre de Chispita ni ninguna de las otras casitas. Los nenes reciben la única comida reforzada del día, tenemos 70 chicos de 4 a 12 años. Nadie debe tocar la dignidad, alimento, identidad, amor, contención… Están calentitos cuando hace frío y hoy estuvieron bien fresquitos… Ríen, cantan. Saben y hablan de justicia social, festejan sus cumpleaños, paseamos, leemos cuentos, hacen deberes… Pregunto: ¿Quién se atreverá a tocar sus derechos? Hoy, 15 trabajadores voluntarios nos encontramos diariamente y hacemos nuestra tarea en el lugar”.
Sergio, uno de los referentes de la Fundación Che Pibe, advierte: “Desde hace muchos años, con el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo decimos que un país que no tiene un proyecto para la niñez es un país que no tiene proyecto. Por eso no queremos que la Justicia duerma esta denuncia en un cajón. La urgencia nuestra le dice a la Justicia que lo tome en serio porque vamos a venir para que salga ese expediente del cajón. No estamos jugando, esto va enserio. Es un compromiso que tenemos hace mucho tiempo con la niñez y principalmente con el futuro. Así que, le pedimos al juzgado que pongan pie de plomo porque vamos a venir a que esto salga y que tenga un pronunciamiento como corresponde.”
Pasaron algunos minutos del caluroso mediodía de martes. Los abogados del Programa de Niñez, Derechos Humanos y Políticas Públicas de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional de La Plata esperan pacientemente que se termine con el trámite judicial. Junto a ellos, Oriana, Juan, Luján y sus compañeritos aceptan meter la mano en una bolsa llena de caramelos. Quien se los ofrece es un agente de seguridad del palacio de tribunales… Un policía que por un momento ve como niños a los niños.
