Durante el 24, 25 y 26 de noviembre la revista La Búsqueda de Santa Fe llevó adelante las jornadas abiertas “Los chicos tienen derechos más grandes”, y generó un nuevo encuentro de las revistas que conforman la Red de Revistas por la Inclusión Social en Argentina (RISA)
“una mirada desde la alcantarilla
puede ser una visión del mundo
la rebelión consiste en mirar una rosa
hasta pulverizarse los ojos”.
Árbol de Diana
(Alejandra Pizarnik)
Moler, pulverizar en partes, hacer liviano lo pesado. Eso es lo que hace cualquier molino. Eso es lo que hizo desde 1893 el Molino Franchino, histórico en la ciudad de Santa Fé, recuperado el año pasado como “fábrica cultural” y elegido por la revista La Búsqueda como sede de las jornadas sobre los derechos de los chicos.
Fue entonces, en Bv. Gálvez al 2300, en ese ex molino que dedica trabajo a un elemento distinto en cada uno de sus tres pisos vidriados (la planta baja, el papel; el primer piso la madera; el segundo, lo textil), donde se exhibió la muestra de fotografías de la colección “Mi barrio”, producto del trabajo de La Búsqueda, la exposición de “Los derechos del niño” del Circulo de Dibujantes Santafesinos, y donde se desarrollaron tres charlas en tres días:
El jueves 24, en el piso en el que se trabaja con buena madera, integrantes de la Sociedad Argentina de Pediatría hablaron sobre el cuidado de la salud y el modo de prevención en las enfermedades más comunes.
Como apertura de la jornada, Cristina Moreaux, directora y alma de La Búsqueda, dejó en claro que esa organización considera a los chicos “no hasta los 10 años, sino hasta los 18”. Y la abogada María Inés Drago, que tanto ha trabajado contra la criminalización de la pobreza desde la revista, puntualizó que “los derechos son humanos, y para todos, no hay derechos para chicos y derechos para grandes, son derechos, porque luego corremos el riesgo de hiperespecializaciones de derechos para no generar el acceso a ninguno”.
El viernes, el tema fue “Comunicación comunitaria”, y el panel estuvo a cargo de la comunicadora Patricia Fasano de la UNER, quien recordó que ser comunicador comunitario “tiene que ver con correrse del lugar de comunicador estrella, centro del proceso comunicacional”, y subrayó que los medios masivos toman a los chicos como víctimas o victimarios y no como sujetos… Pero aclaró que esta lógica para dar significado a lo que sucede no es privativa de quienes trabajan estos medios. Y para ejemplificarlo contó que “en un barrio alejado del centro de Paraná, pedimos a unos chicos que realizaran una encuesta. Como notamos que tardaban en volver, una vez que estuvieron de regreso les preguntamos por qué habían tardado tanto. Nos dijeron que porque habían ido al centro de Paraná a encuestar, en lugar de tomar al barrio como lugar de búsqueda. Creían que la palabra que importaba era la del centro y no la suya, la de la periferia”.
Ese mismo día, los integrantes de la Red de Revistas por la Inclusión Social en la Argentina (RISA) Juan Casís por Barriletes (Paraná), Alejandro Palacios por Panza Verde (Concordia), Verona Demaestri por La Pulseada, y la gente de la anfitriona La Búsqueda se juntaron para darle forma a los sueños de 2012. Desde el cumpleaños número diez de La Pulseada, hasta la idea de generar formación entre las revistas “porque cada una es fuerte en un aspecto diferente: Panza Verde en dibujo e historieta; La Búsqueda en organización y trabajo con niños; La Pulseada en redacción y aspectos periodísticos; Barriletes, también desde ahora aportará a lo radial”.
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El sábado, la charla sobre “Quiénes son los chicos. Derecho a la identidad” estuvo a cargo de cuatro Madres de Plaza de Mayo. Los pañuelos blancos, que originariamente fueron los pañales de sus hijos desaparecidos, cubrían las cabezas de Ramona Maldonado que ya tiene tres bisnietos; Olga Suarez, cuya hija desapareció por pelear por el boleto escolar; Otilia, emblemática madre del barrio santafesino de Santa Rosa de Lima, cuya hija Nilda fue fusilada en frente suyo, y hoy teje y teje y tiene militancia social en su barrio; y “Queca” Koffman -cuyo hijo murió en territorio del represor Bussi-, quien tomó la palabra y habló sobre el derecho a la identidad del niño como base de todos los derechos. Entre quienes la escuchaban se oyó bajito: “Se dejaron de lado ellas, para darse a los demás. Sólo así se puede superar tanto horror”. Era Juan Casis de Barriletes, cuya radio cubrió el último juicio de lesa humanidad en Paraná.
Más tarde, como cierre “La Gordini”, una gran orquesta para chicos, copó con sus vientos, acordeón, percusión y cuerdas, el playón de El Molino: No sólo los chicos bailaron y los llenaron de aplausos.
Verona Demaestri