Nota principal: El acceso al suelo en la zona donde todos vuelan
La falta de información oficial sistematizada en La Plata sobre hábitat es un clásico que suele mitigar la producción de datos de ONGs con trabajo territorial como el Colectivo de Investigación y Acción Jurídica (CIAJ), Justicia y Libertad, La Falcone o la entidad internacional Techo (relevan asentamientos cada dos años y construyen viviendas de emergencia pensadas para estadías temporarias, ver “Cosas pequeñas”). Todos conocen la política (y su ausencia) habitacional municipal, provincial y nacional, tienen trayectoria e inserción barrial y se plantearon nuevos ejes a partir del 2 de abril (ver más en nuestra web).
Otra entidad que se involucró tras el temporal fue Caritas. Su directora ejecutiva en La Plata, Graciela Ferrara, confirmó que sus equipos de trabajo relevaban “las viviendas que no existen, las viviendas que hay que reparar”, en un escenario de “desolación material y espiritual”, y que el 50% del dinero recaudado en su colecta de mayo sería para “construir viviendas a través de la organización Techo”.
Desde los barrios, militantes describieron en diálogo con esta revista el panorama después de abril: “acciones estatales en los lugares que nosotros estamos, ninguna”; “algunas poquitas casillas en algún barrio”; “zanjear algún arroyito en estos últimos días”; “ensanchar un poco la zanja… respuestas habitacionales, nada”. Varios refieren la falta de apoyo municipal al plan nacional Procrear, también señalada en el recinto por concejales opositores al bruerismo. Incluso la ex directora municipal de Tierras, Patricia Zabala, dijo hace un año que no había terrenos fiscales disponibles para este programa nacional porque esos terrenos estaban casi todos ocupados. Y en Concejo acaba de aprobar una ordenanza para crear un registro de propietarios particulares que vendan inmuebles para el Procrear.
Y apuntan a un escollo importante: el Estado puede entregar “canastas de materiales” (bolsas de cemento, chapas) para autoconstrucción pero no lo hace en tierra sin regularizar o en zona inundable. “Es fundamental que se dé una respuesta habitacional, dado que las casillas en muchas zonas están totalmente inhabitables”, señalaron desde el CIAJ.
J.L.M y Carlos Sahade