En realidad ya eran parte de la gran familia del Hogar, sólo que ahora los vamos a tener más cerquita. Se trata de Julio y de su compañera Miriam, que hace un tiempito, ocuparon una de las casitas del predio para comenzar a llevar una vida de entrega a la causa de Carlitos Cajade desde uno de los roles más complejos: el de ser educadores. Esta parejita treintañera sabe bien de qué se trata eso de darles cariño y contención a los pibes que más lo necesitan. Julito -paciente chofer de nuestra enorme Mercedes Benz llegó al Hogar hace 23 años de la mano del Cura, y Miriam, vivió siempre en el barrio de 8 y 630, aquel que Cajade formara hace un par de décadas. Vinieron con la sonrisa tímida de Milagros, la hija de Miriam, que ya comenzó a hacer buenas migas con Dieguito y Dylan, dos chicos que acaban de llegar gracias al exhaustivo trabajo del equipo de profesionales que coordina Marcelo Blanco. Desde La Pulseada los saludamos y felicitamos y de paso les avisamos que vayan poniendo la pava!!!