Se reinauguró la Capilla, hubo muraleada, cerámica, música, juegos, el compartir la merienda y el pan… los 17 años de la partida de Carlos Cajade se recordaron ”a través de todo el amor que sembró y de la potencia que nos dejó”, planteaba la convocatoria. “Porque sus luchas viven en la fuerza de esta comunidad que abraza cada día a nuestrxs pibxs”.
Otro 22 de octubre, otra vez sábado como esa de hace 17 años. El clima arrancó inestable pero no hubo dudas: “Se mantiene”, confirmaba Agustina Iafolla por radio horas antes ante la consulta. Con algún guiño de arriba terminó la lluvia y quedó solamente el frío, que se fue yendo con la celebración en 643 entre 12 y 13.
“Fue una tarde hermosa de emoción y comunión entre todos los que integramos la Obra y quienes se acercaron a compartir este momento con nosotros”, agradece Verónica Ducca actual tesorera de la Obra. “Carlitos caminó juntos a quienes hoy lo recordamos celebrando su vida”.
“Siempre es una fecha un poco dolorosa, claro. Pero acá estamos celebrando su vida y todo lo que sembró. Acá estamos nosotros, están nuestros pibes y sus banderas intactas. Por eso elegimos actividades que expresan hitos para su vida y para la nuestra también. Que nos han marcado”, define Agustina.
Fueron tres actividades que se estuvieron realizando con los pibes y las pibas durante todo el año: la reinauguración de la capilla del hogar, a la que se le cambió el techo y arregló toda con mucho esfuerzo. “Fue una de las primeras casitas que se abrió, en uno de los lavaderos siempre desde el inicio, recuerdo yo del año 87, festejábamos las misas”, recordó Agustina. Se reinauguró celebrando una misa con el padre José Luis Segovia de Los Hornos.
La segunda, un mural que recorre toda la Historia de la Obra basada en dibujos y producciones de chicos y chicas. “Con ayuda de una compañera que es muralista, estuvimos trabajando con todos los pibes y pibas de los distintos espacios de la Obra, del Hogar y las casitas de día, Casa Joven, Casa de los Niños Chispita y Casa de los Bebés. Sobre sus dibujos se armó un mural con la historia de la obra, alrededor de una de las casitas, desde aquella navidad del año ´84 hasta hoy”.
La tercera fue una exhibición de las producciones realizadas durante todo el año en Taller de Cerámica, en la ermita donde descansa y acompaña cotidianamente a Cajade a su Hogar. También en este caso fue un trabajo de todo el año, coordinado por Eugenia, la tallerista, dándole forma a distintas piezas que desde el domingo lo acompañan reflejando “el trabajo cotidiano con los pibes desde sus miradas”.
Celebrar la vida entonces fue la consigna, a 17 años de ese sábado 22 de octubre de 2005. “Una celebración y un homenaje”, completó Agustina, “además de a nuestro referente de crianza para muchos de nosotros, a un verdadero referente de las infancias y de la ciudad como ha sido y es Carlos Cajade”.