“El lapsus del jinete ciego”
Gabo Ferro
Costurera carpintero / Sony Music Argentina
2016
Los fantasmas también pueden escuchar canciones. Gabo Ferro grabó “El lapsus del jinete ciego” en un Teatro ND Ateneo vacío, pero aclaró que el público no siempre tiene que verse, puede estar sin estar. Así son las canciones de esta nueva cosecha: alejadas del protagonismo pero con fuertes presencias. El amor, la muerte, los monstruos; permanencias constantes de toda su carrera solista. Compositor intelectual e intérprete salvaje, Ferro atravesó algunos estadíos de la música de autor para volverse uno en sí mismo. El cantante de Mataderos es su propio folklore, un trovador urbano que encuentra la naturaleza desde un balcón. Y como todo artista disruptivo, también hay tiempo para dialogar con los referentes y problematizarlos: “Ningún mañana es mejor, / mañana miente”, dice en “Tan” desafiando a Spinetta. Los versos de su décimo LP se disparan como girasol con viento: “Hoy besar es urgente mi amor / por favor, vení, zarpame un beso” (“El beso urgente”), “Hay las cosas que se esperan / y hay las cosas que se aparecen (“Como la maleza”). El falsete en “Que si el pasado es un campo” llega hasta una constelación desconocida, y en ese territorio ajeno, el hombre hecho meteorito dice: “Aunque la tierra es de uno / es territorio de tantos”. De esa manera, las composiciones se van nutriendo entre chacarera, vals, caribeña, guajira y canciones con la densidad del asfalto en hora pico. Son catorce nuevas piezas que siguen transitando uno de los caminos más personales de la cancionística de Buenos Aires. Gabo Ferro, atento y sincero, lo demuestra en “Camino a la balacera” cuando aclara: “Me vuelvo a la frontera, / me vuelvo a la excepción”.
Facundo Arroyo