Calle Tomada: una muestra mutante, un espacio de encuentro

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El 8 de abril de este año, un montón de gente se juntaba en el Museo de Arte y Memoria de La Plata para la apertura de Calle Tomada. Una gran flecha amarilla sobre el asfalto invitaba a entrar a una muestra en la que once colectivos de acción en el espacio público intervenían el museo (en las salas, el patio y la calle) con distintas propuestas. Pero la experiencia no empezó ni terminó ese día. En estas páginas, La Pulseada recorre desde sus inicios esta muestra-laboratorio de arte y comunicación en el espacio público.

Por Magdalena Pérez Balbi

Calle Tomada empezó como una idea en borrador que la gente del Centro de Arte Experimental Vigo (CAEV) llevó al Museo de Arte y Memoria (MAM) a fines de 2008: hacer una exposición sobre intervenciones urbanas de colectivos platenses, rastreando los antecedentes locales y registrando los grupos activos actualmente. El disparador fue un viejo escrito de Edgardo-Antonio Vigo, La calle, escenario del arte actual (1971) en el que distinguía al espacio público como un nuevo ámbito artístico donde se podía interpelar al transeúnte con nuevas formas (no “sacando a pasear lo viejo”), con “claves mínimas” que lo movilizaran.

Desde ese momento, hasta la apertura de la muestra, la “idea original” fue mutando. Era parte del juego: aquella no debía ser una muestra del CAEV o del MAM, sino una actividad pensada entre todos los grupos participantes, en la que cada uno interviniera en el Museo con una producción. No tenía que repetir o documentar lo que realizaban en la calle, sino ser un nuevo disparador, con algún tema como eje. Se planteaba una muestra en un museo de arte, pero sin curadores, artistas invitados ni obras seleccionadas.

Por supuesto, llevar el arte activista al interior del museo implicaba tensiones. Esa duda transitó por muchos de los colectivos convocados inicialmente. En algunos, les promovió discusiones que no habían tenido: su posicionamiento ante el espacio cerrado y la institucionalidad del museo, ante la definición de obra de arte y la identidad (o no) de sus producciones con lo artístico. Se fueron preguntando si querían o no sumarse a esta propuesta, qué sentido tenía “entrar” al museo (y quién estaba del otro lado para recibirlos), qué podían proponer, quién solventaría la muestra, etcétera. Otros grupos se sumaron sin conflicto, ya fuera porque lo habían resuelto en discusiones anteriores, porque no se consideran colectivos artísticos o porque encontraban una oportunidad expresiva (y comunicativa) distinta a la habitual. Cada uno de ellos fue haciendo su proceso. Algunos decidieron no participar.

La convocatoria podría dividirse en dos etapas: una exploratoria realizada durante 2009, en la que el CAEV entrevistaba a distintos colectivos platenses. Algunos se reconocían como grupos artístico-culturales (¡Y cuán amplia puede ser la definición de arte!) y otros consideraban las distintas formas de intervención urbana (los graffitis, pintadas, esténciles, figurones y convocatorias colectivas) como herramienta para la lucha política. Esos colectivos fueron sugiriendo a otros y socializaron sus contactos, abriendo la red más allá de lo que el CAEV conocía.

La segunda etapa fue netamente colectiva. Desde diciembre de 2009 al día de apertura, en reuniones plenarias se ponía sobre la mesa cada aspecto de la muestra: el nombre, la fecha, la organización del espacio, las propuestas de cada grupo, si se buscaba un tema como eje, si había auspiciantes o no, el catálogo, la posibilidad de un texto introductorio, de un video, las modalidades de difusión, los posibles participantes. Muchas tardecitas calurosas, en el CAEV primero y en el patio del Museo después, encontraron a todos los participantes discutiendo y dándole forma a esta muestra que también era un espacio de encuentro, un laboratorio de experiencias colectivas o una nueva instancia de coordinación entre grupos e instituciones que tenían un eje común: la intención de activar el espacio público.

 

El montaje “final”

Dijimos que la idea original fue mutando, pero no contamos cuál fue su forma final. Calle Tomada se redefinió como una exposición de colectivos platenses de acción e intervención en el espacio público, que estuvieran en actividad. Cada uno trabajaría en el espacio del Museo de calle 9 N° 984. En alguna sala, en el patio y/o afuera, en la vereda y la calle. Sin delimitación previa de materiales, soportes ni dimensiones, cada colectivo presentaría lo que quisiera: stencils, murales, instalaciones, objetos modificables, textos, videos, talleres o cualquier otro formato. Como contextualización, una gran cronología ocuparía varias salas: fechas, nombres e imágenes que ayudaran a reconstruir una tradición local de experiencias y activación del espacio público, desde 1968 a 2009. No aparecería un texto inicial que sintetizara ni explicara la muestra, sino un breve relato del proceso previo. Cada colectivo tendría voz a través de las intervenciones y en un audiovisual donde cada uno, mediante voz en off y fotos de las distintas acciones, contaba sus motivaciones y formas de producción.

Para difundir la muestra se hizo un golpe comunicacional: una stenciliada (a partir de un diseño colectivo) que fuera instalando coordenadas (las claves mínimas, al decir de Vigo). Entre el ruido visual de la ciudad, la imagen de una señal vial indicaba que, en 9 y 52, el 8 de abril desde las 18 habría “experiencias colectivas”. Las radios y los medios de prensa comunitarios también dieron una mano: entrevistas y notas circularon en los días previos invitando a eso nuevo, distinto, que sucedería dentro y fuera del Museo de arte dependiente de la Comisión Provincial por la Memoria.

Después de varios días de montaje, arrancó la muestra. El MAM se llenó de “público”, recorriendo, armando su catálogo-carpeta, descubriendo y tocando, escribiendo y manipulando las obras. Videos, audios y colores por todo el Museo. Un mar de gente dentro y fuera. Con la ayuda de solícitos contraventores se cortó el tránsito para poder pintar la gran flecha amarilla con el nombre de la muestra. Mientras, la Unidad Muralista Hermanos Tello imprimía remeras en la vereda, Vatangueando tocaba en el patio del Museo. Una fiesta.

 

Nada se mantiene prolijo

Otra de las particularidades de Calle Tomada fue trascender lo meramente expositivo. Se planificaron varios talleres abiertos (Cátedra de Artes Combinadas, Arde Minga, La Olla), intervenciones callejeras (La Grieta, Salida de Emergencia) y una charla abierta (ver Calle Tomada Federal) repartidos durante el mes y medio que duró la “muestra”. Por otra parte, varias producciones de los grupos se iban transformando y completando con la participación de los espectadores (que así dejaban de ser meros  observadores y se transformaban en productores). La Olla proponía “marcar a fuego” los recuerdos, recuperándolos a través de un “activador de memoria” que dejara huella sobre una pared termosensible. En un espacio fantástico, mediante un acto casi mágico, lemas, nombres y dibujos escritos con luz fueron colmando la superficie.

Arde Minga invitaba a sumergirse en un mar de corazones y seguir creando formas de papel, para continuar con la maratónica convocatoria iniciada meses antes: recortar 30.000 corazones blancos en memoria de los desaparecidos durante la última dictadura. Como resultado de aquella convocatoria, el 23 de Marzo colgaron 15.000 corazones en Plaza San Martín (de La Plata) y al día siguiente hicieron lo mismo en Plaza de Mayo, recibiendo a la marcha con otras 30.000 formas. En la sala, fotos y videos registraban todo ese trabajo.

La Cátedra de Artes Combinadas propuso des-estructurar la cuadrícula platense: registrar, dibujar, pintar para construir itinerarios y mapas trazados desde las vivencias y miradas propias. Desde el centro-museo se fueron articulando imágenes y delineando diagonales ficticias que unían individualidades. La muestra seguía transformándose y crecía.

Además, como las discusiones en las reuniones previas habían sido tan ricas y parecían no tener fin, se decidió organizar talleres internos que, coordinados por el colectivo Medio Limón, permitieron profundizar los debates, incluso con los colectivos convocados que no participaron de la muestra.

 

Peligro, arte público

También hubo intervenciones que podríamos denominar frustradas, complicadas, impedidas. Fueron sucesos que pusieron en evidencia que el espacio público no siempre es de uso público. Que parece de todos y todas, pero para ciertas cosas. Y que en tiempos de reforma del Código Contravencional, cualquier acción comunicativa en la calle hace que uno sea un contraventor en potencia (¿o potenciado?).

Ala Plástica propuso intervenir distintos espacios del Teatro Argentino (frente al MAM) en conjunto con representantes de la comunidad Toba de Villa Bermejito, uniendo la acción ritual con una acción performática y simbólica. El registro audiovisual de la acción se exhibiría en el Museo como parte de la muestra. Luego de un mes de negociaciones, las autoridades del Teatro Argentino, dependiente del Instituto Cultural del gobierno bonaerense, les negaron el acceso. Si bien contaban con el apoyo de los empleados del teatro para ingresar sin la autorización “oficial”, los representantes tobas decidieron no seguir adelante si no había un reconocimiento categórico y explícito de las autoridades del teatro. «Es inadmisible que como pueblo originario, preexistente al estado nacional y en el marco del bicentenario tengamos que ingresar como ladrones a un espacio de la cultura» dijo Félix Medina, líder de la comunidad.

Otro episodio ocurrió a partir de la intervención colectiva propuesta por La Grieta. Junto con amigos y alumnos de sus talleres, organizaron una pegatina que partía desde el Museo, cruzaba la calle e invadía la vereda del teatro hasta avanzar, como enamorada del muro, en las paredes de concreto. Engrudo, letras naranjas e imaginación, eran los ingredientes para empapelar la calle. Pero cuando llegaron a la vereda  del Teatro, se acercaron a notificarles que no se podía pegar nada, porque ese era un “espacio público de uso privado”. Una voz burocrática trazó una línea imaginaria entre las baldosas, delimitando un área municipal y otra, infranqueable, del teatro. Hasta allí podrían llegar esos pequeños vándalos y esos adultos contraventores con sus letras y sus tachos. Incluso enviaron a la Policía, primero, y a la seguridad privada luego, para custodiar la frontera.

Los límites entre lo artístico y lo vandálico, y los contextos en los que eso se define, también fue tema de otras producciones.  En una de las salas del primer piso, un gran mural preguntaba: “¿Esto no es una contravención? No dudes, nosotros lo decidimos por vos”. Firmado (apócrifa y sarcásticamente): Buenos Aires La Provincia. Enfrente, una foto mostraba ese mismo mural pero realizado en otra parte de la ciudad, en la calle. El callejero estaba “rechazado”, el del museo “aceptado”. Un audio de fondo enumeraba los artículos del proyecto del Código Contravencional, para recordarnos la política represiva del gobernador Scioli que busca restringir las actividades en el espacio público (ver La Pulseada 78). Dualidad y tensiones entre el museo y el espacio público: la distancia entre ambos determina si una pintada es arte o delito. Un fotomontaje sobre esta acción puede verse noesunacontravencion.webatu.com/contravencion.calle.html

 

Sin final

Un mes más tarde, la muestra se cierra. Las producciones se desmontan. Pensadas para un espacio y un momento específico, la mayoría se desecha. El Museo recibe nuevas obras. Quedan experiencias y mucho, mucho registro. La riqueza de acciones colectivas en este laboratorio no terminaba en las obras. Por primera vez, todos estos grupos se encontraron (re)conociéndose, discutiendo y pensando un proyecto conjunto. Mas allá de las falencias, de los debates sin cerrar, Calle Tomada logró lo que se había propuesto en un inicio: ser un “primer esbozo” –decía su catálogo-carpeta– “de coordinación y encuentro, para llegar a otro público, (…) pensar futuras articulaciones y seguir debatiendo para que nada parezca dado, naturalizado, ni cerrado. Lo mismo que se disputa en la calle”.

 

¿Intervenciones? ¿Arte callejero?

Hace mucho que el arte no se limita a cuadros colgados o esculturas sobre un pedestal. Desde los ‘60, distintas tendencias artísticas empezaron a involucrar el cuerpo del artista (body art, performance), la interacción con el público en el espacio real (happenings e instalaciones), y a producir obras abiertas y colectivas (como el arte correo). Poco a poco, además, el arte salió del museo para tomar las calles. Si bien el muralismo monumental ya proponía un arte público que interpelara al transeúnte, ahora los artistas modificaban el espacio público (intervenciones urbanas) de manera permanente o efímera (acciones, performance) y muchas veces, han dejado de ser autores únicos para firmar como grupos o colectivos. Las formas de expresión populares (como los grafittis y stencils) se fueron recuperando como recursos artísticos. Pero no son los artistas los únicos en utilizar herramientas expresivas y comunicativas para activar las calles. Los movimientos sociales, organizaciones y agrupaciones han sumado al repertorio de pancartas, afiches y pintadas a los stencils, los figurones, las performances, entre otros.

Desde el estallido de 2001, esta forma de arte crítico local ha integrado la agenda de museos, curadores e investigadores nacionales e internacionales. Un sinfín de artículos, tesis, muestras y libros han ido discutiendo y compendiando las distintas producciones de esta nueva forma de arte crítico. En muchas oportunidades, las fotos y registro de las acciones, los “rastros” de las producciones callejeras, se transformaron en obras de arte, depuradas de su potencia original y su impronta revulsiva. En esos casos, la institución artística (el conjunto de museos, universidades, críticos, curadores, galeristas, especialistas, artistas, etc.) logó incorporar producciones que, incluso, originalmente no fueron pensadas con un objetivo artístico.

 

En la web

> Cronología abierta e interactiva: permite cargar acciones e intervenciones urbanas de colectivos y artistas platenses (o que se hayan realizado en La Plata). Se puede subir información e imágenes, y descargar la base de datos completa:

> Textos, videos y más fotos de la muestra pueden verse en www.calletomada.blogspot.com o en Facebook (Calle Tomada)

 

 

Una vuelta en colectivos

Centro de Arte Experimental Vigo (CAEV). Custodia la producción y el archivo personal del artista platense Edgardo Antonio Vigo (1928-1997), en el que fuera su taller, en 15 N° 1187. Está abierto a artistas, investigadores y curiosos que quieran conocer su obra. El equipo, coordinado por Ana María Gualtieri, ha curado y gestionado diversas exposiciones sobre Vigo y otros artistas experimentales contemporáneos.

E-mail: centroexperimentalvigo@yahoo.com.ar; en FB: Centro Experimental Vigo.

Ala plástica: Desde 1991 desarrolla obras artísticas no-convencionales concentrando sus acciones en la comunicación, intercambiando experiencias y conocimientos junto a grupos locales para promover dinámicas autoorganizadoras y alternativas ambientales de desarrollo. www.alaplastica.org.ar

Arde minga: Compañía cultural multidisciplinaria que busca vincular el arte y la comunidad, activando sensaciones y emociones, a través de experiencias lúdicas, corporales y la palabra viva. http://ardeminga.blogspot.com

ADDHES. Hace más de 10 años, los Autoconvocados en Defensa de los Derechos Humanos de los Enfermos de Sida denuncian públicamente la problemática de los enfermos de HIV Sida de sectores carenciados. Organizan distintas actividades como jornadas, ciclos de cine y talleres de discusión.

Cátedra de Artes Combinadas y Procedimientos Transdisciplinares. Pertenece a la Facultad de Bellas Artes. Desde el año pasado, incorpora las formas de arte contemporáneas a la formación en Artes Plásticas, haciendo hincapié en la apertura al ámbito público a través del registro, la intervención y realización transdisciplinaria.  http://artesyprocedimientos.blogspot.com/

La Grieta. Desde 1993 edita revistas y libros, organiza talleres para chicos, adolescentes y adultos, y otras intervenciones culturales. Desde 2004 tiene su sede en el Galpón de Encomiendas y Equipajes (18 y 71). Su mayor producción es la Muestra Ambulante. http://lagrieta-bitacora.blogspot.com/

La Olla: A través de talleres y trabajos colectivos buscan “devolver al pueblo la belleza”, haciendo hincapié en la identidad de los pueblos en los que trabajan. Partiendo de una concepción del arte como herramienta popular, intentan “generar un puente, un diálogo, que ponga en primer término la solidaridad, la unidad en la diversidad y la necesaria idea de cambio social”. E-mail: grupo_la_olla@hotmail.com

LULI: colectivo de intervenciones en el espacio público y virtual, mediante diferentes acciones: calcos, stencils, intervenciones, pinturas murales o páginas web. http://lulitieneblog.wordpress.com/

Surcos-Praxis: Ambas organizaciones surgieron al calor de las luchas del 2001, con el principal objetivo de dar una disputa política y cultural contra el orden dominante. En La Plata, trabajan junto desde 2008. www.corrientepraxis.org.ar; http://agrupacionsurcos.blogspot.com

UMHT (Unidad Muralista Hermanos Tello): desde 2007, las distintas UMHT desarrollan en Buenos Aires y en La Plata un muralismo libertario en coordinación con organizaciones territoriales y de derechos humanos. http://umht.blogspot.com

Asamblea Justicia por Sandra: Coordina acciones por el femicidio de Sandra Ayala Gamboa, violada y asesinada el 22 de febrero 2007 en el Archivo del Ministerio de Economía (actual ARBA). Esta agrupación participó de todo el proceso de formación de la muestra, pero los vaivenes en la causa judicial y el intento de reapertura de ARBA impusieron otras actividades y no pudieron estar en la muestra.

 

Calle Tomada federal

Gracias a la comunicación por mail y a la difusión por blogs, La Araña Galponera (http://colectivogalponera.blogspot.com), colectivo artístico mendocino, visitó La Plata para conocer Calle Tomada y, de paso, relevar y entrevistar a los grupos locales. Dieron una charla en el Museo y se sumaron al taller interno. Fascinados por la efervescencia platense y la capacidad de producción y articulación de los distintos grupos, volvieron a sus pagos con una reunión agendada: un Encuentro de Arte y Política que se realizará en septiembre, en Córdoba. En La Plata ya se está armando un “pre-encuentro” para el 22 de este mes que, por sus participantes, será una suerte de continuación de Calle Tomada.

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