En un nuevo programa de La Pulseada Radio nos acercamos a la historia de Brian y su hermana Yuliana. “El Hogar me enseñó a compartir, respetar y hacer amigos”, dice Brian recién “egresado” del Hogar de la Madre Tres Veces Admirable en diálogo con otro pibe de Cajade, Mariano Sasiain. “Cumplieron ese sueño que todos algunas vez tuvimos, regresar con la familia”, cuenta emocionada Lidia Cantero, la educadora de Yuliana y Brian en los últimos años en el Hogar del Padre Cajade.“Siempre apuntamos a que ellos puedan cumplir ese sueño. Después de jugar un partido de fútbol en su club, el Centro Recreativo Infantil del Barrio Aeropuerto (C.R.I.B.A), Brian recordó a sus educadores, los amigos que le dio el Hogar y habló de sus metas por cumplir. “Un hermano entrevistando a otro hermano- dice Lidia-, te llena de alegría escucharlos”.
“Mi sueño es jugar a la pelota, yo quiero salir adelante con esto”, fue lo primero que dijo Brian y recordó que su “primera educadora fue Angelina Benítez, conocida como Katy”. Brian llegó al Hogar con 8 años a fines del año 2005, por problemas de convivencia en la familia. Su última educadora fue Lidia Cantero a quien nombró como “una amiga de nosotros, alguien que nos acompañó, que nos contuvo y siempre estuvo en las buenas y en las malas”. Por su parte Lidia, una de las primeras “hijas” de Carlitos Cajade, llegada al Hogar en 1987, recordó a Brian y a Yuliana como “dos personas muy familieras, dos personas que se dejan querer, chicos que te atrapan. Se extrañan un montón, en la casa se siente la ausencia de ellos”.
“Por ahora extraño mucho el Hogar, no me adapto todavía a mi casa – dice Brian -, el hogar me enseño a compartir, a respetar y hacer amigos. Estar ahí fue como vivir otra vida, estoy pensando todo el día en el Hogar, pero bueno, en mi casa por suerte, bien”. “Es que el hogar es tu segunda familia – explica Lidia-, es mundo aparte, vivís otra realidad y no es fácil dejar esa vida, esa rutina, esos amigos. Empezar todo de nuevo no es sencillo, aunque salgas con un proyecto”. Lidia llego al Hogar hace 26 años y hoy cuida y educa a sus tres hijos junto a Daniel, Darío, Emanuel, Federico y Mariana. “Nosotros llamamos egresar al chico que tiene la posibilidad de poder ir a vivir con su familia. Eso se puede dar por el trabajo que se realiza en el hogar con los padres o porque cumplen la mayoría de edad, ya que si es por el Estado, los chicos en el Hogar deben estar hasta los 18 años” aclara Lidia. “Ojala todos los chicos puedan estar con sus familias, pero no todos tienen esa posibilidad, entonces hay que trabajar para que terminen la secundaria y capacitarlos en algunos de los emprendimientos que tiene la Obra, para que tengan una salida el día de mañana. Nosotros al chico no lo vamos a egresar si no lo vemos bien, egresar a un pibe no significa sacarnos un peso de encima”.
Lidia tenía 4 años cuando llegó al Hogar. Pasó su adolescencia, fue mamá y en 2004 pidió ser educadora, estar a cargo de una de las casitas. “Me formé como educadora después de hablar con el cura –recuerda- y arranqué con pibes y pibas adolescentes. Yo si bien era mamá, porque ya tenía a Santiago, no tenía mucha idea, entonces hice lo que mis educadores hicieron conmigo, el aprendizaje que ellos me dieron… Eso es lo que vuelco yo a los chicos”. “Después de la muerte de Carlos Cajade fue muy difícil poder seguir –reconoce Lidia – , porque faltaba el Cura, el maestro, el padre que te guiaba”.
En el Hogar jugamos a la pelota, pero no es lo mismo, le confiesa Braian a Mariano y desde el club del Barrio Aeropuerto, mientras recuerda a unos de sus grandes amigos. “Daniel Sasiain es un hermano que siempre estuvo conmigo, me ayudó, me acompaña en todo y lo quiero una banda, porque no hay otro como él. Nos ayudamos, somos hermanos de corazón”.
Un milagro de la vida
El 7 de febrero pasado Mailén, la sobrina de Lidia, jugaba con una amiga frente a su casa, cuando sufrió una terrible descarga eléctrica proveniente de un poste de luz de la vía pública. Los vecinos del Barrio Aeropuerto habían realizado las denuncias correspondientes varias veces, pero ni el municipio ni EDELAP, la empresa de energía eléctrica, tomaron cartas en el asunto. Después de cinco meses de rezos y pedidos a Cajade, Lidia nos cuenta que en contra de todos los pronósticos negativos que brindaban entonces los médicos hoy Mailen comenzó a mostrar signos de recuperación. “Los primeros momentos fueron muy duros, los médicos nos decían que Mailén no iba a hablar, no iba a recordar, ni a caminar ni a poder comer por sí sola. Pero con el tiempo, Mailén empezó a reírse. Los médicos decían que podía ser como un reflejo, una mueca, y seguían insistiendo que no iba a poder comer por sí sola. Luego de tres meses alimentándose por sonda, Mailén comenzó a comer por sí sola y hoy se habla todo, sonríe, recuerda y lo único que no pudo hacer todavía -y dijo que lo iba a ser en agosto-, es caminar. Es una nena que volvió a la vida. Mailén estuvo media hora muerta, tuvo un paro cardiaco, la reanimaron, los médicos nos decían que el cuerpo humano puede estar cinco minutos sin recibir oxígeno, y Mailen estuvo treinta minutos… Mirá si no es un milagro de la vida que hoy la nena reconozca, coma, hable, se ría”.