«Esta es una manera de hacer cine que a mí me gusta, porque es más humana»
Nota principal > Mujeres, cámara, acción
Por Josefina Oliva
María Asunción Rodés Serna, más conocida como Assumpta Serna, es actriz de trayectoria internacional, ha actuado en más de veinte países y en seis idiomas, y obtuvo más de veinte premios internacionales. Sus más destacadas participaciones fueron: Uncertainty (2008), de Scott Mcgehee y David Siegel, Matador (1986) de Pedro Almodóvar, Yo la peor de todas (1990) de María Luisa Bemberg, entre otras. Además se dedica a la formación de actrices y actores para el mundo del cine. Durante el rodaje de Expansivas conversó con La Pulseada.
–¿Cómo te llegó la propuesta de Expansivas, qué te atrajo?
–Me atrajo el guión, porque a pesar de ser un thriller, en el que siempre los personajes están un poco atados al género, en éste vi que los personajes vivían, sentían, tenían una coherencia en todas sus acciones. Eso es lo que más me gustó, esa especie de romper el género a través de los personajes, de los sentimientos de las personas. Por otra parte hace bastante que no hacía un thriller, creía además que se tocaban temas que ahora me interesan contar, pues interrogaba a la gente sobre preguntas que creo esenciales, valores, como por ejemplo la venganza. ¿Realmente sirve la venganza para algo? Eso que decía Confucio que cuando te vengas de alguien tienen que cavar dos tumbas, la tuya y la del otro. Esa serie de preguntas míticas que tienen también los westerns, de esa soledad de personas que han sufrido problemas y que tienen una figura tóxica en el centro de la familia. También había un tema que a mí me gustaba mucho que era el no decir suficientemente las cosas, el estar con silencio en las familias cuando hay algún problema, temas de los que mi personaje es un poco el mentor, donde por una serie de razones ella cree que la venganza no es lo que hay que hacer. Es interesante porque plantea realmente todas las preguntas que se puede hacer un espectador.
–¿Te gusta filmar aquí en La Plata?
–Sí, que el rodaje sea en un sitio para mí desconocido, que es La Plata, le da un valor añadido. A mí me gusta mucho viajar, y es importante para mí poder estar aquí en un sitio al que vine solamente un día, hace unos años, para hacer una conferencia en la Universidad, que estuvo muy bien pero fue muy corto. Ahora he tenido la oportunidad de ver un poco más La Plata. Y luego conocí a Ramiro, me encantó, cuando estaba trabajando, porque él era muy flexible, y le apetecía trabajar conmigo, me había visto en diferentes películas, y entonces eso siempre es agradable, que alguien te conozca y que tenga ganas de trabajar contigo.Al finalizar su rodaje Assumpta se quedó unos días más en la Argentina para brindar una especialización dirigida a actrices y actores. “Estoy muy contenta, hemos tenido 120 solicitudes, para escoger a 16, y estos 16 seguro que no les hace falta aprender nada ya –dice entre risas–. La verdad es que me he sorprendido del nivel de los actores argentinos, siempre me sorprendo gratamente, ya desde 2006 cuando he venido eran actores que realmente tenían otra manera de hacer, en lo que a mí me gusta, natural, sin engolamientos”, reconoce y reflexiona: “Hacemos una especialización en audiovisual para actores, a través de una formación universitaria, y creo que eso se debería imponer aquí. Creo que en la Argentina se filma mucho y que es un ejemplo para toda Latinoamérica el prestigio de los actores, entonces yo creo que ahí, –bueno quizás ahora no es un buen momento para la cultura–, pero hay que empezar a poner semillas para que esto pueda pasar”.Assumpta también forma parte del CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales) desde donde se plantea la igualdad de género en el sector y una participación equilibrada entre hombres y mujeres en los puestos de decisión. “Cuando estamos hablando de números y de cifras pues claro, se ven desiguales, pero hay que ver el motivo y el porqué. Pero cada vez más es cierto que hay mujeres que hemos hecho avances en todas partes”, plantea. Y en ese marco se mostró crítica de la instancia en la que quedó el debate acerca de la legalización del aborto en nuestro país que no llegó a ser aprobado. “Te das cuenta que cosas que en un país parece que son claras en otro no, tanto en el sector audiovisual, como tantos otros. Aquí ahora con lo del aborto me parece bastante absurdo. Yo pienso que la mujer tiene que tener libertad para poder decidir si quiere abortar o no”.
–¿Te interesó la forma en la que aparece el rol de la mujer en la película?
–Sí, porque rompía realmente con dos cosas, una es que los personajes en el thriller se pierden, porque tienen que obedecer, porque son así las reglas del género, y la otra es que nunca hemos visto, muy raramente, que dos mujeres se tomen la venganza, la justicia por su mano. Eso también fue interesante porque coincide con el momento actual, lo que las mujeres vamos buscando y luchando, eso de decidir por nosotras mismas y eso empodera ¿no? Un ejemplo es el de esta película, y sobre todo esperemos que la gente se atreva a hablar más, y ser más transparente que es lo que necesitamos todos. Que no haya corrupción, que haya más ética. Son temas que a mí me interesan mucho, dentro de mi fundación hemos hecho un código de ética del actor en el audiovisual, en fin, son temas que me apetece decir.
–Y con el equipo, en general, ¿te encontraste trabajando bien?
–Sí, el equipo es estupendo. Algunos son gente de aquí de La Plata, están muy dedicados, siempre intentando hacer lo mejor posible, sé que son un equipo compacto, hecho con cariño, con gente que se conoce desde hace tiempo, gente que va muy de prisa haciendo cosas, que en todos está esa obsesión para que el plano esté bien. Ayer por ejemplo rodamos muchas escenas emocionales, y a todos les veías que estaban detrás y estaban contigo, emocionados y eso es bonito, porque es todo el equipo que está ahí dentro, técnicos y actores, y eso tiene que ver con lo que Ramiro también quiere, las productoras quieren y también los jefes de departamento. Es una manera de hacer cine que a mí me gusta, porque es más humana, siempre las películas cuando son menos de tres millones de euros o de dólares, acostumbran a tener esa fuerza de las personas que quieren decir lo que realmente están diciendo porque tienen mucha dificultad para hacerlas. Entonces te encuentras personas que realmente tienen una necesidad que contar, a diferencia de un producto más… yo digo, sin alma. A mí me gustan mucho este tipo de películas, y bueno me está gustando mucho cómo trabaja Ramiro porque es una persona maravillosa, muy sensible, que está siempre pendiente de cada cosa, que sabe perfectamente lo que quiere.
–Te escuché decir en estos días que el director se interesaba mucho por las posiciones de las mujeres o la figura de la mujer y que eso en otra época no pasaba…
–Claro, cuesta encontrar, por lo menos a mí en mi época en los ’80 o los ’90 en España, me costaba encontrar personas que fueran sensibles a las actrices y luego que entendieran… No solamente en España, en Inglaterra también me ha pasado, me acuerdo que hice una serie muy famosa ahí que se llamaba Sharpe y sus fusileros, en la cual yo era una guerrillera, una especie de Agustina de Aragón que se lanzaba a las montañas por venganza también de un drama familiar, en el cual Napoléon le había matado a todos. Era una mujer interesante el personaje y me costaba muchísimo que el director me viera realmente como una guerrillera, siempre era el lado romántico, ese plus añadido que el hombre tenía pero que realmente no estaba contando la historia de mujeres. Entonces sabes, yo siempre he luchado contra eso, y siempre he intentado que los personajes sean lo menos cliché posible, que tengan razones de ser.
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