Animal impreso: la serigrafía es cosa seria

In Edición Impresa, Radio -
- Updated

Los integrantes del taller de serigrafía Animal Impreso visitaron nuestro programa de radio para hablar de su trabajo, de su militancia y del modo en que convierten al proyecto en herramienta para mejorar sus vidas.

Un martes de octubre el estudio de Radio Futura desde donde se emite nuestro programa radial se vio animado por la visita de cuatro de los quince adolescentes y jóvenes que integran Animal Impreso, el taller de serigrafía que desde hace ocho años se viene desarrollando en el Galpón de Encomiendas y Equipajes del grupo La Grieta, en pleno barrio Meridiano V.

Producto de esta experiencia, que es a la vez espacio de encuentro y oportunidad de aprendizaje de un oficio, el año pasado se lanzó la Serie El Camaleón, un proyecto editorial que consiste en el lanzamiento de libros cuyos textos surgieron del taller de literatura para jóvenes Los amantes de la serpentina, también organizado por La Grieta, cuyo diseño, diagramación e ilustración son realizados por los miembros de Animal Impreso.

En ese marco, ya se pusieron en circulación cuatro libros: La irrealidad del alma, que reúne poemas de Luz Cantoni; Las desventuras del venturador, compilación de versos de Emilio Zarza; Lautaro, el gran jinete, escrito por Lautaro Aguirre y Los haykus de Ruth, volumen firmado por Ruth Rodríguez. Además, los jóvenes serigrafistas se encargaron de la tapa del libro 39 retratos, de Gabriela Pesclevi, fundadora y gran impulsora de La Grieta, que incluye fotografías y relatos de los chicos y las chicas que asisten a los diferentes talleres que lleva adelante el grupo.

Quienes se instalaron frente a nuestros micrófonos fueron Camila Noceda (19), participante del taller desde su inicio; Axel Muller, quien interviene desde hace 6 años; Camilo Acuña, integrante desde hace 4 años y Malena Acuña, que concurre desde hace 2.

“Quienes empezaron como profesoras –cuenta Camila– fueron Paula Giorgi, Bárbara Visconti, Débora Elescano y Fabiana Di Luca. La serigrafía es una técnica que permite estampar sobre papel, tela u otros soportes. Se usan distintos materiales: un yablón, una tinta que se llama emulsión, una manigueta y un reflector de 1.000 watts. Incluye procesos de revelado e impresión. “El nombre –continúa– surgió de una charla loca. Estábamos todos tirando alternativas y en un momento dijimos: ‘somos todos animales’. De allí surgió lo de ‘animal’. Y lo de ‘impreso’, bueno… porque nos dedicamos a la impresión”.

Respecto de la serie El Camaleón, los textos de los libros fueron creados por los integrantes del taller de literatura. “Nosotros los analizamos, los leímos y los releímos para poder proponer las imágenes. Cada uno hace sus dibujos y entre todos seleccionamos cuáles quedan y en qué páginas van”. Cuando, bromeando, les decimos que si usan reflectores de 1.000 vatios la factura de luz debe ser muy elevada, Camila se pone seria y apunta: “Las subas de precios aumentaron mucho el costo de los insumos”.

“Para ilustrar los libros –señala, a su turno, Malena– nos basamos en nuestras propias ideas o buscamos inspiración en Internet. Hecho el dibujo, se lo pasa a papel vegetal y después se lo revela. Lo bueno es que somos nosotros mismos los que dibujamos, revelamos e imprimimos”. Camilo, por su parte, añade: “Al leer tratamos de elegir una frase y a partir de ella creamos un dibujo o varios. En conjunto decidimos cuáles son las mejores imágenes y en qué páginas conviene ubicarlas. Así se va armando el libro completo”.

Camila agrega que también hicieron buzos y camisetas. “Por encargue realizamos remeras para el festival de Cultura Cumbia, para una iglesia, para el grupo Arte al Ataque y para La Murguita del Sur”, agrega. Dicen que les encanta trabajar con música de fondo, que ponen temas en el celu o la compu, y que también han realizado videos. “Nos llevamos muy bien entre nosotros y a veces vienen a visitarnos los ‘viejos’, los que pasaron antes por el taller”, dice Malena.

“Somos como una familia. Algunos ya nos conocíamos desde antes por vivir en el mismo barrio pero con otros establecimos relación en el taller. La amistad que tenemos es muy buena y estamos muy agradecidos a las profes por lograr que Animal Impreso exista. Porque ellas nos han incentivado no sólo para trabajar en el taller sino también para mejorar en la vida en general, para terminar la escuela, para buscar un trabajo”, expresan Camila y Malena.

Todos coinciden en que “el galpón de La Grieta es un muy buen lugar de laburo. Un gran espacio cubierto, ubicado en 18 y 71, que estuvo mucho tiempo abandonado y después se recuperó. Durante dos horas nadie nos jode y nos sentimos re cómodos. Además nos permitió conocer a otros adultos y jóvenes que forman parte de los demás talleres, como los de danza, literatura o plástica”.

Respecto a la posibilidad de que lo aprendido sirva como fuente laboral, cuenta Axel que aprendió en la cooperativa textil de ropa. “Me puse a enseñar como profe de serigrafía y ahora tengo mi propio taller”, explica. Manifiestan que ha sido una gran iniciativa que los que entraron antes en el taller se conviertan en instructores de los que ingresan después.

Hay algunos que están por terminar la escuela y otros que, a la fuerza, tuvieron que abandonarla, pero la quieren retomar. Cuentan que sus colegios tienen problemas de todo tipo: carencia de sede propia, falta de vacantes, patios muy chicos, raciones insuficientes para la merienda y el almuerzo, deterioro edilicio y docentes mal pagos. Pero acuerdan que la educación les ha resultado imprescindible para involucrarse en la serigrafía: “Por ejemplo, si no sé leer, no puedo entender los textos y proponer después los dibujos para ilustrarlos”.

En la segunda edición de la marcha El hambre es un crimen, promovida por las organizaciones de niños y jóvenes vulnerables de la región en septiembre pasado y desarrollada entre las plazas Moreno y San Martín, los chicos y las chicas de Animal Impreso se dedicaron a estampar y regalar pañuelos con el lema de la convocatoria. “Nos recibieron con un gran amor y nos dieron mucho apoyo –comenta Camila–. Mientras estábamos en plaza San Martín trabajando la gente se acercaba y se emocionaba mucho. Cuando nos quedamos sin tela para hacer más pañuelos, se sacaban la remera o la campera que llevaban puesta y nos pedían que se las estampáramos”. Malena acota luego: “Es re lindo que alguien se quiera quedar con algo que hacemos nosotros”.

Quienes quieran conocer los trabajos de los pibes y las pibas de Animal Impreso pueden consultar lo que el taller publica en su Facebook o en Instagram o concurrir personalmente al galpón de La Grieta, todos los miércoles, de 18 a 20.


“Transformar lo real”

Este es el texto que desde La Grieta redactaron conjuntamente para la marcha El hambre es un crimen los integrantes de Animal Impreso, Los amantes de la serpentina y la biblioteca popular La Chicharra: “Dibujamos, escribimos, divagamos, escuchamos, imprimimos, borroneamos, tomamos el poder. Tomamos el poder de lo maravilloso, con sus posibilidades de opinión, de invención y de transformación de lo real. Un poder que se abra al color y a la risa. Dudamos, nos sabemos cerca, nos abrazamos, reímos, viajamos, soñamos. Cortamos cartones, ponemos la palabra a rodar, sea en el fuego, sea en el viento. La tinta se expande en la tela, el mate rueda, el café rueda, todo rueda por momentos. La poesía impregna el cuerpo. Somos camaleones en el barrio y en la noche. Los colores cambian cuando estamos tristes. Pero nos sabemos ahí, en donde algo nos reclama. Los brazos se extienden. Nos escuchamos y nos vemos. Las palabras alzan vuelo, son planetas que nos protegen de tormentas y olvidos, chiquitas e inmensas. Y, si todo arde, ardemos con ellas. Nos volvemos pancartas, bailes, barriletes, volantes, promesas que se amontonan. Somos rumbo y marcha, alegría y revolución, sonido y cantar de grillos. Parlantes caminadores para decir aquí estamos, somos nosotrxs, vinimos a manifestarnos, a contar lo que nos pasa, a saber lo que le pasa al resto. El hambre es un crimen y queremos vivir la vida, proyectar la vida, llenarnos de vida cada vez”.

También te puede interesar!

Lidia y la vida desde el Hospital de San Juan de Dios

A los 95 años, Lidia Marchio recuerda a personalidades como Arturo Illia y Eva Perón y cuenta anécdotas con

Leer más...

La Casa de los Bebés cumplió 25 años y lo festejó con un homenaje a Cajade

La Casita de los Bebés de la obra de Carlitos Cajade cumplió 25 años desde su apertura y el

Leer más...

Las organizaciones se posicionan frente a los proyectos que buscan bajar la edad de punibilidad

Un frente de organizaciones reunido bajo la consigna "No a la baja" presentó en en el anexo de

Leer más...

Dejar un comentario:

Your email address will not be published.

Mobile Sliding Menu