Los “Premios CP” del Centro Cultural El Escudo (10 e/ 60 y 61) abrieron sus ternas a la votación del público para nominar y galardonar a diferentes actores y espectáculos platenses presentados en 2011. El grupo organizador realiza una convocatoria y una investigación tratando de reconocer el circuito artístico local: “Encontrarse es lo primero, conocernos y saber quién es quién. Para compartir tenés que tener un sistema de referencia. Necesitás una referencia inmediata. Y para eso estamos nosotros, para juntarnos y encontrarnos de la manera más simple. Nos encantaría que los premios CP sean una alternativa y que los premios se establezcan”. Estos galardones surgieron hace siete años como una iniciativa de un grupo de amigos. Tres años antes de ser los “Premios CP”, los “Premios La Nonna” se entregaban en algunas casa dispuesta a ceder su intimidad para premiar obras o muestras de los cursos destacados del escenario ubicado en calle 3 y 47, ya que varios de los que organizaban el encuentro eran alumnos de esos talleres.
Después de la etapa vinculada a “La Nonna”, desde 2008 se sumaron distintos grupos, entidades o artistas independientes. Lo que había empezado como una juntada entre amigos comenzaba a tomar forma, y a convocar a diversos actores de la vida cultural de la ciudad. Ese mismo año se consolidó el grupo que se hizo cargo del sótano de la Iglesia Luterana. Ya que estamos, grupo dedicado a las obras infantiles y musicales, Unagi, abocado al teatro de la improvisación, y el grupo Vuelve en Julio, de investigación teatral, decidieron encarar juntos la coordinación de las actividades artísticas para brindar a la comunidad una propuesta que tuviera como fin el encuentro y, como medio, el arte. “Ya veníamos trabajando en el espacio, abocándonos a las artes escénica, danza, teatro y eventualmente a la música, pero decidimos aceptar el compromiso de una mayor responsabilidad, sin ser una cuestión independiente o ajena a la Iglesia, sino construyendo un plan en conjunto”, cuenta Casper Uncal, actor del grupo Vuelve en Julio y también organizador de los premios.
A partir del 2009, la alfombra roja se institucionalizó y, a pesar de no ser en serio, la cosa se tomó con seriedad. La única condición es ir de gala y dispuesto a reírse de uno mismo… Desde la foto antes de entrar, brindis con champaña, y la entrega de unas estatuillas que pasaron de ser un cuadradito de porcelana frío y un escarbadientes a una hecha a molde, sólida, pesada y con la forma de un sorete (diseño exclusivo de No te metas con Raimundo). “Jugamos con el doble sentido y esa dualidad. La gente viene de gala, gente que durante todo el año capaz no se interesa por qué ponerse. Siempre está el doble sentido, la parodia. Y la estatuilla tiene que ver un poco con eso. Si no ganás, no importa… el premio es un sorete. Rompemos con esa idea del éxito por el éxito”.
Algunas de las ternas más codiciadas son: mejor actor y actriz, mejor espectáculo y director. El público votó. Ahora solo resta esperar la gala de premiaciones y ponerse el mejor traje…
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