LIBRO
¿La rebeldía se volvió de derecha?
Pablo Stefanoni
Siglo XXI Editores Argentina, 2021
Por Daniel Badenes
La tapa y el título son provocativos. Es adrede: “Estamos ante derechas que le disputan a la izquierda la capacidad de indignarse frente a la realidad y de proponer vías para transformarla”, advierte Pablo Stefanoni en este libro, que propone dar “alertas tempranas” sobre la existencia y el crecimiento de alt-rights, un conjunto de corrientes de extrema derecha situadas fuera del conservadurismo tradicional, con un discurso irreverente, muy activas en internet y atractivas -por ejemplo- para una franja de jóvenes críticos al “establishment” del mundo actual. Estas derechas alternativas forman un universo heterogéneo donde conviven visiones que valoran al Estado -como la de ciertos nacionalismos extremos- con otras radicalmente antiestatistas -las de los libertarios-; un ala occidentalista -y sobre todo, antiislámica- y otra que culpa a Occidente de los problemas actuales y reivindica utopías primitivistas; grupos cercanos a Vladimir Putin y otros cuya geopolítica se enfoca en el Atlántico. Y sin embargo, “aunque las grietas son a menudo pronunciadas, encontramos muchas veces que estos mundos conviven en los mismos espacios, donde se enfrentan, discuten, se insultan y también coinciden”.
Una idea que amalgama a estos grupos es que el comunismo pudo haber sido derrotado, pero su fantasma persiste mediante el “marxismo cultural”, una etiqueta usada sin rigor para aprovechar políticamente aquel efectivo miedo construido durante el siglo XX. Desde esta perspectiva, la izquierda ha triunfado y se expresa en una “dictadura de la corrección política” y en el avance de lo que llaman “la ideología de género”. Contra ella se “rebelan”.
En Argentina tienen dos grandes influencers: Agustín Laje, dedicado a una batalla cultural contra el feminismo, y Javier Milei, máximo difusor de los tópicos anarcocapitalistas en un país donde no era común escuchar semejante desprecio por el Estado. El libro de Stefanoni no se detiene demasiado en estos personajes sino en sus referentes y sus lecturas comunes, como Murray Rothbard, una figura clave para pensar los puentes entre los libertarios y la derecha reaccionaria. En la perspectiva de este economista norteamericano, la meta de “acabar con el Estado” puede ir de la mano del fortalecimiento de las instituciones tradicionales: las iglesias y la familia, junto a las empresas, serían un contrapeso para su gran enemigo. Como lo hace con Rothbard, el libro repasa distintas tramas ideológicas de las alt-rights, incluyendo algunas que podrían resultar desconcertantes para el sentido común progresista, como el homonacionalismo -que busca el apoyo de minorías sexuales para favorecer políticas racistas y antiinmigrantes- y el ecofascismo -es decir, corrientes ecologistas de raíz conservadora-. Hasta la democracia directa está en tensión: Stefanoni nos recuerda el caso de Suiza, donde se sometió a referéndum popular un proyecto para expulsar a extranjeros del país.
El libro ofrece una mirada panorámica y accesible de ese complejo escenario, que nos invita a dejar de burlarnos de un peluquín o un discurso que nos resulta ridículamente extremo. ¡Hay que tomarlos en serio! Hay que saber qué leen, cómo piensan, cómo articulan sus propuestas. Al fin y al cabo, también Trump y Bolsonaro parecían marginales algún tiempo atrás. Hasta que dejaron de serlo.
