En Jesús María, Córdoba, está el club de fútbol más revolucionario:Ernesto Che Guevara. A pulmón, sin ayuda estatal ni privada, cada domingomás de cien jugadores se ponen la camiseta de la solidaridad y el compromiso con el cambio social.
Por María Soledad Iparraguirre
“La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud; en ella depositamos nuestra esperanza y la preparamos para tomar de nuestras manos la bandera”. (Carta del Che a Carlos Quijano)Antes de dar la vida por la revolución, antes del nacimiento del mito, el Che fue arquero de fútbol y rugbier. En 1952, durante su viaje por Latinoamérica junto a su amigo Alberto Granado, Ernesto Guevara dejó todo en una canchita colombiana, a orillas del río Amazonas. “Me atajé un penal que va a quedar para la historia de Leticia”, escribió más tarde en una carta a su madre.
Hoy, a más de 45 años de su asesinato, el Che sigue ligado a la pelota. En Jesús María, Córdoba, una archivera del municipio local, guevarista “a ultranza”, fundó el primer club de fútbolargentino que lleva su nombre: el Club Social Atlético y Deportivo Ernesto Che Guevara (C.S.A.D. Che Guevara). Con la premisa de incluir a los chicos de los sectores más postergados, sin sede social, cancha ni presupuesto,Mónica Nielsenparió su sueño el 14 de diciembre de 2006.
La institución concibe al deporte como un derecho. El club no cobra cuota a los socios y los jugadores tienen la libertad de pedir el pase a otro equipo.“Algunos chicos se van del club y terminan volviendo. No encuentran en otro lado el espíritu de solidaridad que se respira acá —le cuenta a La Pulseada la presidenta y alma mater—. Ellos son libres y pueden pedir el pase cuando quieran. Ningún chico tiene precio. Ninguno es objeto de negocio. Cuando nos reencontramos es como si nos hubiéramos visto ayer”,se enorgullece. Y tiene motivos: en la tabla de méritos del campeonato de la Liga Regional Colón 2012, el club guevarista salió primero en buena conducta, al ser el equipo con la menor cantidad de jugadores sancionados.
El proyecto crece. En los inicios tenían menos de 20 jugadores. Hoy tienen más de cien, divididos en las categorías Escuelita (niños de 5 años), Sub 10, Sub 12, Sub 14, Sub 16, Reserva (menores de 22) y Primera (mayores de 25). Participan de la Liga Regional Colón. Además, el año pasado tuvieron su bautismo de fuego internacional al recibir en Jesús María y Colonia Caroya a equipos de todo el mundo que participaron de laCopa América Alternativa 2012, Hombre Nuevo.Unidos por el pensamiento y el internacionalismo del Che,equipos del interior del país, Brasil, Chile, Inglaterra, Bélgica y Alemaniaconfluyeron en la cancha que les prestó el club Deportivo Colón.
—¿Qué experiencias rescatás de esa Copa América Alternativa?
—Muchas. Los chicos y sus familias tomaron conciencia de la dimensión del pensamiento del Che. Eso los emocionó y los llevó a tener otra mirada de su club; llegaron a comprender que no se trataba de un nombre y nada más. Entendieron y me entendieron muchas cosas que antes no comprendían. Jugadores y familiares que hablaban distintos idiomas se abrazaron con un “Hasta la victoria siempre” y los chicos sintieron que no estábamos solos.
Este año estuvieron en la segunda experiencia sudamericana de fútbol alternativo, la Copa Chaná Timbúes, que tuvo sede en Gualeguaychú, Entre Ríos. Participaron 20 equipos de distintos puntos del país, Brasil, Chile y Lituania. Mónica cuenta: “Trabajamos mucho para poder viajar este año a Entre Ríos; jornadas de bingo solidario, venta de pollos, de empanadas criollas. Logramos llenar un micro con más de 50 pasajeros. Y fue enriquecedor que los chicos se hayan encontrado con otras agrupaciones sociales con las que compartimos la misma mirada del deporte, por fuera del mercado capitalista”.
—¿Cómo logras transmitir el espíritu guevarista a los chicos?
—El fútbol es una herramienta que convoca, y mucho. La gente responde. Hace algo más de seis años, sabíamos que llevaría mucho esfuerzo, mucha transpiración, pero que de a poco el proyecto iba a caminar. Eso se ve reflejado ahora en los comportamientos de los chicos, en las competencias sanas. Muchos chicos insultaban cuando entraron al club, hace tres, cuatro años. Los árbitros me pedían que les cosiera la boca. Pero fueron cambiando su conducta. Sin renegar de sus orígenes, fueron entendiendo el lenguaje del hombre nuevo, el lenguaje del respeto hacia el otro, de la solidaridad. Creemos en la teoría y en la acción. Les damos protagonismo dentro de la institución. Cada chico que entra es parte del club, trabajamos para que se vayan apropiando de la idea, del proyecto. De a poquito lo van haciendo, dentro las limitaciones que muchos tienen. Les gusta pertenecer a un grupo. Saben que el club siempre está haciendo algo por ellos.
Amor transformador
El Guevara no es cualquier club.Ajeno a la práctica mercantilista del fútbol, no tiene sponsors ni recibe ayuda privada. Tampoco subsidios. Sus socios no pagan cuota. La práctica futbolística es un derecho de todos.
“Con las conductas que adoptamos la teoría se hace carne sin siquiera mencionar al Che. Entonces, por ejemplo alquilamos la cancha del club Colón a cambio de trabajo voluntario. Nosotros hicimos el perimetral y trabajos de albañilería. El club Che Guevara pone siempre las banderas del voluntarismo. Con el cobro de las entradas los domingos y con el bufet, pagamos los árbitros, la Policía y la ambulancia” (requisitos de la Liga Regional de Fútbol). Hay comportamientos de los chicos que me llenan el alma, como cuando Joaquín, jugador de la Escuelita me exigió que lo acompañara una noche a su casa. Quería que comprometiera a su papá para ser parte activa del club. El papá aceptó enseguida. Un jugador de Reserva, ganó un premio en un concurso fotográfico y donó la mitad del dinero al club”, relata Nielsen. Para el Che, el verdadero revolucionario estaba guiado por sentimientos de amor. Eso es el club.
—¿Los chicos preguntan por el Che?
—Sí, la mayoría me pide libros o que les cuente historias. Siempre les cuento que el Che no es un tipo barbudo que está en una remera con un habano y una boina. Fue un tipo muy comprometido en su práctica y sus ideas. El Che no quería este mundo que tenemos, peleaba por otro mundo.
—¿Quiénes te acompañan?
—Me acompañan mucho los padres de los chicos. La comisión directiva está formada casi en su totalidad por los padres y abuelos, las familias. Somos los que estamos todos los domingos en la cancha. Esa es la dirigencia. María del Carmen, una compañera de trabajo, me acompaña desde hace años y es la tesorera del club. Y amigos profesionales que están cuando necesito una mano para resolver cuestiones burocráticas.
Cerca de la revolución
Mucho antes de siquiera soñar con presidir un club guevarista, Mónica Nielsen abrazó los postulados de la revolución cubana. El repudio de sus padres hacia el movimiento y hacia las figuras de Fidel y del Che no hizo más que aumentar su naciente interés.El trabajo la alejó de la militancia socialista pero siguió en la búsqueda por difundir el pensamiento del Che.
En Venado Tuerto, Santa Fe, el Centro Cultural CEJ, creó hace dos años una sede propia del club guevarista. “Los chicos del centro nos convocaron y armaron divisiones inferiores con niños en situación de calle. Estamos unidos en el trabajo hacia el hombre nuevo. Yen Mar del Plata, el Club 2 de Mayo está en la misma línea. Esto significa que el proyecto camina a partir del lenguaje común que es el fútbol”, señala Mónica.
—¿Cuáles son los proyectos a futuro?
—Uno de los primeros objetivos del club desde su fundación fue internacionalizar el proyecto. En ese camino estamos. Hacer del C.S.A.D. Che Guevara una escuela, para que los chicos que ingresen tengan la posibilidad de tener deporte y educación gratuitos, educación que será inspirada en el Che. Ir haciendo el semillero, trabajar con los chicos que tenemos desde pequeños, inculcándoles fraternidad, solidaridad, compañerismo y amor revolucionario. Él ya lo dijo: “Seamos realistas, soñemos lo imposible”.
Cómo colaborar
Se puede contribuir a sostener la actividad del club Che Guevara comprándoles la camiseta. Hacen envíos dentro del país e incluso mandan al exterior. También se puede colaborar con fondos a través de un depósito en el Banco Nación, sucursal 2070, cuenta Nº 3031055351, a nombre de “Club Social, Atlético y Deportivo Ernesto Che Guevara”. Otros datos de contacto: clubcheguevara@hotmail.com / Y Facebook: Club Ernesto Che Guevara.