Número 48. Abril de 2007 /LAS VOCES DEL SILENCIO. La opción por los pobres estructurales, los oprimidos, los marginales, los excluidos, los oprimidos.
CARLOS CAJADE. Hace 5 años, a raíz de la aparición de La Pulseada, fue entrevistado por Alejandra Gómez en Radio Futura. Entre otras cosas explicó que “esta revista va dirigida a que hagamos un país donde los niños puedan recuperar la sonrisa. Una sonrisa como la de La Negri, capaz de transmitir tanta alegría en este momento”.
ENRIQUE ANGELELLI. “No podemos seguir declamando que existe hambre en el mundo, ni teorizar acerca de la falta de educación, ni insistir en que hay hermanos que no tienen techo. No: hay que buscar darles el techo, el pan, el trabajo, la salud, la cultura, para permitirles ser seres humanos como Dios manda”. Enrique Angelelli fue a asesinado por la dictadura en agosto de 1976, pero sigue vivo en quienes denuncian la desocupación, la pobreza, la explotación, convencidos de que “callarse es convertirse en cómplice”.
LA NUEVA YORK. Juan Manuel Rosas tiene 27 años, es reportero gráfico y documentalista. Vive en España, pero una calle de Berisso lo fascinó: “la Nueva York me atrapó tanto que el trabajo se extendió durante años y seguirá vigente cada vez que esté cerca de ese lugar. Todavía hay mucho por mostrar y decir…”. Hoy expone parte de su trabajo en La Pulseada.
TRABAJO ESCLAVO. Les ofrecen dólares y vivienda. Les dan pesos en cantidades tan miserables como la pieza en la que los hacen subsistir. Obligados a trabajar 18 horas por día, son víctimas de una red delictiva que, sólo en la ciudad de Buenos Aires, reduce a la servidumbre a unos 4000 hermanos bolivianos.
SILVIA NOEMÍ GIMÉNEZ. Era una de los 30 mil desaparecidos. Sus restos fueron hallados el año pasado en el Cementerio de Avellaneda. Ahora finalmente descansan en La Plata donde su hijo le organizó un homenaje para rescatar sus ideales, su militancia… y honrar su vida.
MARCADOS PARA MORIR II. En La Pulseada Nº1 publicamos un informe especial dedicado a los escuadrones de la muerte cuya existencia había denunciado la Suprema Corte bonaerense. Dijimos en aquel entonces que “las víctimas son adolescentes que viven en villas del Conurbano. Hay un doble objetivo: lograr una limpieza social y obtener dinero, porque quienes integran los escuadrones están en el negocio de la seguridad privada”. Hoy los pibes se matan solos y el paco hace estragos entre nuestros adolescentes.