Hay encuentros que no provocan nada, que son comunes y hasta rutinarios. Pero hay encuentros que transforman, que marcan un antes y un después, no sólo para los protagonistas sino también para la historia toda.
Esta Nochebuena celebramos los 40 años en que Carlitos Cajade y un grupo de pibas y pibes se encontraron a la salida de la misa en la Parroquia San Francisco de Berisso y comenzaron, desde ahí, a construir una historia nueva de justicia, amor y dignidad que sigue viva hasta hoy.
No es algo casual ni accesorio que este acontecimiento haya sucedido una Nochebuena, ya que se celebra el encuentro del Dios de los pobres, en la persona de un niño frágil y sencillo, con los oprimidos de la tierra. Por eso,
como decía el cura: “Esa noche, 24 de diciembre de 1984, Jesús nació en ese lugar. No tengo dudas”.
Cuarenta años de búsquedas, luchas, alegrías, tristezas, encuentros y pérdidas, pero con la convicción clara e inquebrantable que esta obra que nació esa noche tenía y tiene que aportar para la construcción de una
sociedad más humana, más justa, más fraterna. Carlitos lo tenía muy claro: “Soñamos con un mundo distinto y no descansaremos hasta haberlo comenzado”.
Cuarenta años de semillas que fueron fructificando: el Hogar, las dos Casas de los Niños, la Casa de los Bebés, Casa Joven, la chacra, la panadería, Grafitos, la revista La Pulseada, el kiosco de la Legislatura. Hoy, la Orquesta de la Obra. Muchos de los pibes y pibas que pasaron por esos emprendimientos hoy son dirigentes, militantes que entendieron que el lugar más digno para que un pibe duerma, es su casa, con su papá y su mamá con trabajo. También comprendieron y vivieron en la obra, que lo colectivo es garantía de transformación de la sociedad.
En estos tiempos de individualismo atroz, en donde sólo importa lo que me pasa a mí. En esta época de crueldad e inhumanidad en donde se descarta y se desprecia a los jubilados, a las pibas y pibes pobres y todo es mercado e injusticia, resuenan más que nunca las palabras que han hecho de esta obra una referencia en La Plata y la región: “Con ternura venceremos”. Sólo así, con esa ternura revolucionaria y colectivamente, podremos hacer de esta historia, una historia nueva.