Este 2021 es el año internacional de la Erradicación del Trabajo Infantil. y el escenario es de aumento de pobreza y desigualdad acrecentado por la pandemia de COVID -19.
Por Foro por la Niñez
Las causas del trabajo infantil son múltiples y diversas, pero fundamentalmente están vinculadas al sistema económico que deja por debajo de la pobreza y al borde de la sobrevivencia a millones de familias, cuyos niños y niñas se ven obligados a trabajar para colaborar con el ingreso familiar.
Algunos datos
Según estimaciones de Cepal y OIT, al menos 34 millones de empleos se han perdido en América Latina y el Caribe a causa de la pandemia COVID-19. Esto implicaría un retroceso de 15 años en la región, incrementando el número de personas pobres a 231 millones. La pobreza extrema presentaría un retroceso de 30 años, alcanzando 96 millones de personas más.
Esto provoca un aumento de la tasa de trabajo infantil, estimada en más de 10 millones de niños, niñas y adolescentes en situación de trabajo infantil en América Latina y el Caribe. A su vez, a nivel global, esa cifra asciende a 160 millones en todo el mundo, y varios millones de niños más se encuentran en riesgo en este contexto de Pandemia.
La realidad en nuestro país no es ajena, con un 42 por ciento de la población bajo la línea de pobreza y estimando que el índice de pobreza en la niñez alcanza un 63 por ciento, sin dudas, la pandemia impactó y agudizó el problema.
Un reciente estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Argentina, elaborado junto a UNICEF y el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, afirma que el 16 por ciento de los niños, niñas y adolescentes de entre 13 y 17 años realizan tareas orientadas al mercado. De ese total, 1 de cada 2 comenzó a hacerlo durante el período de aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) establecido por el gobierno como parte de las medidas de respuesta a la pandemia. Mientras que 1 de cada 5 niños, niñas y adolescentes que trabajan están excluidos del sistema de protección social, entre quienes ya trabajaban antes de la pandemia, en el contexto actual, realizan las mismas tareas pero con mayor intensidad.
Crisis educativa y Trabajo infantil
La educación en línea ha dejado fuera a millones de niños y niñas que no tienen acceso a Internet. Como resultado, la brecha educativa ha crecido enormemente entre los que tienen ordenadores e Internet y los que no tienen acceso a esos medios. Según las estimaciones realizadas por el Informe de la Universidad Católica Argentina (UCA, 2021) la continuidad digital de la educación trajo aparejado innumerables dificultades dado el contexto de fragilidad social pre-pandemia de muchos hogares en la Argentina, llevándose a perder durante el año 2020 una matrícula de estudiantes aproximada de 33% para la secundaria, 10% para la educación primaria y 30% para la inicial.
Con el incremento de la pobreza, el parcial cierre de las escuelas y el limitado acceso a los servicios de protección social; niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad social, acrecientan sus posibilidades de incorporarse prematuramente al mercado laboral.