Ella es la primera integrante de una orquesta profesional –la Estable del Teatro Argentino– que logró ingresar por concurso sin haber pasado antes por algún conservatorio o facultad. En nuestro programa de radio, cuenta cómo pasó de la Orquesta Escuela de Berisso a formar parte de la fila de cuerdas del conjunto sinfónico más importante de la provincia.
Por La Pulseada Radio
Cuando María Candela Gómez, hoy de 24 años, estaba a punto de iniciar sus estudios secundarios en el Colegio “José Manuel Estrada” de La Plata, se trasladó hasta la Escuela Primaria Nº 25 de Berisso, una institución de enseñanza pública ubicada en una zona altamente vulnerable, para inscribirse en la Orquesta Escuela. Hija de José Luis, un trabajador jubilado, y de María del Carmen, ama de casa, fue su madre quien se encargó de llevarla en bicicleta todos los sábados para que aprendiera a tocar un instrumento.
Ella se inclinó por el violín. Según el método que aplica el proyecto, que se basa en que los que empezaron un poco antes les vayan enseñando a los que recién se incorporan, tuvo a Cintia Gómez, por entonces de 12 años, como encargada de ofrecerle clases de refuerzo. También contó con profesores de cabecera de excelencia, entre ellos integrantes de la Orquesta Estable del Teatro Argentino, como Eugenia Massa, primero, y José Bondar, después. Este último fue quien le propuso cambiar el violín por la viola.
Su entusiasmo fue en aumento a medida que la convocaron para actuar en conciertos y cuando en 2010 formó parte de una delegación que viajó a Francia y al año siguiente integró otra que visitó Venezuela.
Desde los 16 años ella misma se convirtió en maestra de otros chicos y durante mucho tiempo se tomó dos micros para trasladarse desde Altos de San Lorenzo, donde vive, hasta el Barrio Obrero de Berisso, para oficiar como docente de los núcleos de la Orquesta Escuela radicados en la Primaria Nº 17 y el Centro de Integración Comunitaria.
Entró primero por concurso a la Camerata Académica, la orquesta formativa que posee el Teatro Argentino, y más tarde a la Orquesta Estable del primer coliseo bonaerense. Estaba sentando así un precedente histórico: nunca antes alguien no formado previamente en conservatorios o facultades lograba transformarse en miembro profesional de una orquesta sostenida con fondos públicos.
Como si fuera un guiño del destino, María Candela nació el 22 de noviembre, Santa Cecilia, que es precisamente el Día de la Música. La Pulseada Radio habló con ella.
–¿En tu casa se escuchaba mucha música?
–Mi mamá es ama de casa y mi papá un trabajador que ahora está jubilado. No vengo de una familia de músicos. A mí me gustaba especialmente cantar. A los 5 años, viendo mi interés por el arte, mi mamá tuvo la inquietud de llevarme al Grupo de Iniciación al Canto Coral del Teatro Argentino (el paso previo que dan los más pequeños antes de pasar a formar parte del Coro de Niños). No es que en mi casa no se escuchara música pero no era algo que estuviera tan presente.
–¿Qué pasó a tus 13 años, a principios de 2006, cuando vivías en Altos de San Lorenzo y tomaste una decisión que iba a marcar tu futuro?
–Hacia 2005, en el barrio El Carmen de Berisso, en 126 entre 89 y 90, comenzó, de la mano del maestro coordinador Juan Carlos Herrero, un proyecto que consistía en enseñarles a tocar instrumentos sinfónicos a chicos en situación de vulnerabilidad sociocultural. Yo a Juan Carlos lo conocía desde hacía muchos años porque siempre había cantado en coros y demostrado interés por la música. Se anotaron unos veinte chicos de la escuela, entonces él me dijo: “Qué te parece, ya que son pocos inscriptos, si probás vos también con algún instrumento”. Le dije que sí y me anoté en violín, con la idea de hacerlo como un hobby. Con el transcurso del tiempo el proyecto fue creciendo y se sumaron nuevos profesores, algunos de la Orquesta Estable del Teatro Argentino y otros de la Orquesta Sinfónica de Berisso. Fueron mis primeros pasos con la Orquesta Escuela. Unos años más adelante empecé a estudiar viola. Y, en la actualidad, sigo en la Orquesta Escuela, entré a formar parte de la Orquesta Estable del Teatro Argentino y logré vivir de la música.
–Tu caso es muy importante porque es el primero en la provincia –y quizás en el país– donde alguien que no proviene de instituciones de enseñanza como el Conservatorio Gilardo Gilardi o la Facultad de Bellas Artes ingresa por audición a la Orquesta Estable del Teatro Argentino y se convierte en música profesional.
–Efectivamente, soy la primera alumna del sistema de Orquestas Escuela que accede por concurso a una orquesta profesional. Eso significa una alegría enorme. Demuestra la importancia de la labor que hace muchos años vienen desarrollando las Orquestas Escuela. En Berisso, donde desde hace 12 años se viene trabajando a pulmón pero muy intensamente, hoy hay más de 530 alumnos. Si bien se cuenta con el apoyo de la Dirección de Cultura de la Municipalidad y se depende de la Provincia, también se creó una asociación civil, que se llama Orquestar un Puente Hacia un Futuro Mejor, en la que colaboran preceptores, profesores y padres para que se pueda seguir llevando adelante esta enseñanza que comprende a más de medio millar de chicos.
–Vos pasaste de alumna a maestra porque ahora también sos profesora…
–Sí, en la Orquesta les decimos “multiplicadores”. Todos empezamos sabiendo muy poquito. Yo comencé tocando cuerdas al aire. Y después de un mes con una profesora, ya estaba interviniendo en un concierto. La idea de las Orquestas Escuela es que quienes ya han aprendido un poco más les transmitan sus conocimientos a los que saben un poco menos. Empecé dando talleres y, cuando cumplí 18 años, se dio la posibilidad de que brindara clases de manera más formal. Ya hace 12 años que estoy en la Orquesta y sigo enseñando, lo cual también constituye un aprendizaje para mí.
–Ya el hecho de tocar junto a otros en público debe ser una experiencia de la que se extraen muchas enseñanzas.
–Nosotros somos de la idea de que el chico, que empieza muchas veces a los 4 años, cuando todavía está en el jardín de infantes, comience jugando. Que al poco tiempo pueda integrarse a una orquesta para tocar en un concierto en el que muchos lo van a escuchar, es una vivencia imborrable. Los incentiva a seguir tocando. Porque si bien es importante que tomen clases individuales, también es clave la motivación para continuar aprendiendo qué significa participar en conciertos.
–¿Cómo fue ese cambio del violín por la viola?
–Se dio un poco por casualidad. Yo empecé a estudiar violín con Eugenia Massa (quien ahora también forma parte de la fila de las violas en la Orquesta Estable del Teatro Argentino). Pocos años después comencé a trabajar con José Bondar, quien se acercó a la Orquesta Escuela para dar una mano de manera desinteresada. José es un notable violinista, ex concertino de la Orquesta Estable del Teatro Argentino y de la Orquesta de Cámara Municipal y ex integrante del prestigioso Cuarteto de Cuerdas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Estaba a punto de terminar el secundario cuando Bondar me propuso: “¿Por qué no probás con la viola para ver cómo te sentís?”. Y la verdad es que me encantó el sonido, me agradó mucho la tesitura y se me fueron dando más oportunidades laborales con ese instrumento. A cuatro meses de haber arrancado a tocar la viola concursé para sumarme a la Camerata Académica del Teatro Argentino. Me preparó la maestra Isabel Bugallo y me fue bien. Me empezaron a llamar como contratada para la Orquesta Estable y eso me incentivó todavía más. Mientras tanto seguí bajo la guía de José Bondar. Él es una eminencia como docente y en la Orquesta Escuela estamos agradecidísimos de contarlo entre nuestros maestros. Si bien es en principio un proyecto sociocultural, también hacemos mucho hincapié en la calidad musical. Porque eso es lo que les otorgará a los chicos una base fuerte para poder hacer después lo que deseen: concursar en una orquesta, dar clases de música o lo que quieran. José Bondar nos ha transmitido muchas enseñanzas tanto a nivel humano como a nivel musical.
«De no haber sido por este programa, muchos de nosotros jamás hubiéramos tenido cerca un instrumento ni hubiéramos pensado en vivir de la música”
–Para ingresar a la Orquesta Estable tuviste que pasar por una audición. Una prueba en la que hay que tocar una obra a elección, otra que te imponen y demostrar que podés leer una partitura. ¿Es una instancia en la que uno se pone muy nervioso?
–Previo al concurso para entrar a la Orquesta Estable yo ya había pasado por una audición similar para formar parte de la Camerata Académica. No tenía la expectativa de entrar porque hacía muy poco que tocaba el instrumento. Pero mis maestros me apoyaron mucho y me dijeron que la experiencia me iba a servir, más allá del resultado. Es muy bueno comprobar que pueden aceptarte o no independientemente de quién seas o de dónde vengas.
–¿Cuánto hace que componés la fila de las violas en la Orquesta Estable del Teatro Argentino?
–La integro desde 2015. Y en 2017 pudimos por fin pasar a la planta permanente, que es algo que desde hacía tiempo veníamos esperando.
–Tu caso demuestra la importancia que tienen estos proyectos de las orquestas populares, porque de ellos puede surgir una vocación y concretarse una oportunidad. Viendo que estas iniciativas están siendo desfinanciadas ¿qué les dirías, si pudieras sentarte frente a ellos, a los funcionarios que deben decidir fomentarlos?
–Que estamos frente a un trabajo de hormiga. Les diría que apuesten por este tipo de proyectos, que el arte bien lo vale, que es fundamental ofrecerles incentivos a los chicos. De no haber sido por un programa de este estilo, muchos de nosotros jamás hubiéramos tenido cerca un instrumento ni nunca hubiéramos pensado en trabajar y vivir de la música. Actualmente hay chicos que han sido seleccionados para asistir a encuentros internacionales. Otros están a punto de irse a un festival que se realizará en Santa Catarina (Brasil). También hay que mencionar a los que acaban de intervenir en “Jujuy, Corazón Andino”, un festival de arte sustentable. Los involucrados no aprenden mucho sólo a nivel musical, también se forman en los valores del compañerismo. Independientemente de hasta dónde lleguen, es una oportunidad de capacitación integral increíble. Les pediría a los dirigentes que, si bien mucho se hace a pulmón, les paguen bien y a tiempo a los profesores. Son muchas las Orquestas Escuelas que están surgiendo en la provincia y es imprescindible que se les preste la debida atención.
–Los que no frecuentan el mundo de la llamada “música clásica” pueden ignorar que el director de orquesta más demandado en el mundo, titular de la Filarmónica de Los Ángeles, ganador de un Grammy y considerado un auténtico genio, es Gustavo Dudamel, quien tiene sólo 37 años y es un producto del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela.
–En 2011 nosotros tuvimos, como parte de una delegación de jóvenes, la posibilidad de viajar a Venezuela para conocer bien ese sistema, de donde proviene la idea que luego se intentó replicar en la Argentina. Una vez más hay que decir que son programas sin los cuales muchos chicos de origen humilde jamás habrían accedido ni logrado descubrir que esto es lo que les gusta. // LP